Desde mitad de marzo España entera se encuentra confinada en sus hogares. El coronavirus nos ha obligado a cambiar nuestras rutinas y adaptarnos a vivir dentro de nuestros hogares las 24 horas del día. Los primeros días fueron los más complicados, pero poco a poco nuestro cuerpo y mente se han ido acostumbrando porque sabemos que este sacrificio que estamos haciendo es un bien para toda la sociedad. Eso sí, menos para nuestra cartera. Estar en cuarentena significa no salir de casa, y eso nos lleva a un mayor consumo de electricidad y de luz, por lo que es muy probable que cuando llegue la factura nos llevemos alguna que otra sorpresa.
Ahora la mayoría de españoles, si su profesión lo permite, teletrabaja desde casa, lo que significa tener que estar conectados a la red eléctrica y necesitar una buena iluminación para no cansar la vista. Luego están las modas de la cuarentena, para matar el tiempo, muchos se han aficionado a la repostería e incluso se han atrevido a hacer pan, acabando con las existencias de harina y levadura en los supermercados. Y por supuesto, la televisión. Se ha convertido en una de las principales fuentes de información sobre el coronavirus, pero también de entretenimiento para despejar la mente, lo que la está llevando a máximos históricos en consumo diario.
Aparatos y electrodomésticos encendidos que nos hacen la cuarentena más amena pero que consumen electricidad y luz. Se estima que, dependiendo de las personas que convivan en el hogar, la factura de la luz pueda aumentar hasta un 50% más de lo que pagábamos en un recibo normal hace unos meses. Por eso hay que controlar el uso de los electrodomésticos, en especial aquellos que más consumen, como la vitrocerámica. Así que es el momento de que pongas en práctica algunos tips para evitar, en la medida de lo posible, grandes subidas en tu factura de la luz.
Ahora que el horario de invierno ha dado paso al de verano, tenemos mucha más luz durante el día. Hace apenas unos días, cuando a las ocho de la tarde salías a aplaudir era de noche, pero desde el cambio de horario has vuelto a verle la cara a tus vecinos. Pues aprovecha toda esa luz. Sube las persianas o abre las cortinas y no necesitarás encender la luz para poder teletrabajar a gusto o leer sin forzar la vista.
Y si necesitas encender la luz, mejor que sean bombillas LED. Sí, sabemos que son más caras, pero aguantan mucho más y consumen menos energía, por lo que a la larga nos compensará haber pagado unos euros de más por ellas. Un punto muy importante es desenchufar todo aquello que no estés utilizando, ese cargador de móvil, ordenador o videoconsola, el microondas, la televisión… Si no los usamos, mejor desenchufarlos, ya que solo con estar en contacto con la red, estarán consumiendo algo de electricidad.
Tu radiador, si es eléctrico, va a suponer un gran gasto, sobre todo ahora que todavía hay temperaturas frías, en especial durante la noche. Por eso lo ideal es mantener los radiadores sobre los 20 o 21 grados, ya que a partir de ahí empiezan a consumir mucho más y la factura puede subir como la espuma. Además, si antes de ir a dormir cierras las ventanas y apagas la calefacción, el calor no se escapará y mantendrá tu casa a buena temperatura hasta el día siguiente.
A veces no paramos a pensarlo, pero con algunos trucos sencillos podemos ahorrar luz y que nuestros electrodomésticos sigan funcionando igual de bien. Por ejemplo, no laves tu ropa a más de 30 grados en la lavadora y llénala bien. La mayor parte de la energía se va en calentar el agua, y si metes toda la ropa posible, estarás haciendo un buen ahorro. Con el lavavajillas lo mismo, utiliza los programas rápidos y de baja temperatura y llénalo bien, no lo pongas a funcionar con cuatro platos.
Si eres de los que tiene secadora, ahora que no sales a la calle no te hace falta. Utiliza el tendedero y deja que tu ropa se seque con el aire. No tienes prisa para ponerte tu modelito favorito. Cuando cocines, si tienes vitrocerámica que no sea de inducción, apaga el fuego unos minutos antes de terminar de cocinar. La vitro mantiene el calor un buen rato desde que la apagas, así ahorras algo de luz, y lo mismo con el horno.
Antes de llevarte un disgusto con la factura de la luz tras el confinamiento se precavido. Con algunas medidas en casa puedes hacer que la subida no sea tan grande. Unos hábitos que le darán un respiro a tu cartera.