En casa hacemos la compra una vez a la semana. Reconozco que somos un batallón y los adolescentes tienen un hambre de lobo, pero de unos meses a esta parte los tickets del supermercado y del frutero se han venido incrementando de forma imparable. En Uppers queremos encontrar la explicación a por qué aumentan los precios de los alimentos de esta forma tan llamativa.
Los motivos son varios y en conjunto se vuelve explosivo. Las materias primas se han encarecido, hay problemas en la cadena de suministro y ha crecido el coste de la energía. Es una cadena. Si el primer eslabón cambia también lo hacen los demás. La energía es el primero, al ser más cara afecta a todo lo que necesita de ella.
De este modo, la suma de estos factores está generando un significativo aumento del precio de los alimentos. Por ejemplo, el informe que la organización agraria COAG realiza mensualmente detalla que durante el último año ha crecido más de un 15% el precio de los productos básicos de la cesta de la compra. El problema, es que los expertos auguran que estos precios seguirán en aumento.
Los alimentos de los que normalmente tiramos para llenar la nevera como las verduras y las frutas se han encarecido en doce meses hasta un 16,9%, según los datos de COAG, como ha sucedido en los tradicionales tomates de ensalada. Costaban 1,77 euros el kilo y ahora han alcanzado los 2,07 euros el kilo. Y eso que solo estamos considerando la variedad más convencional. Mejor no hablar de los tomates azules o los de pata negra que superan el precio de la pechuga de pollo.
COAG también apunta como ejemplo que las peras o las manzanas han subido un 15% en un año. Sabemos que una dieta saludable requiere de unas cinco o seis piezas de hortalizas al día y además estamos enganchados a las naranjas de mesa o a los plátanos, que en casa comen como pipas a la vuelta del gimnasio. Es decir, aunque se incremente el precio son alimentos que seguiremos comprando.
De la misma forma ha aumentado el precio del litro del aceite de oliva en un 6,1%, estaba en 3,88 euros y ahora se paga a 4,12 euros, tal como detalla esta organización agraria. Igual sucede con la carne de conejo, la de pollo y la de cerdo.
Las cadenas de los supermercados detallan que están haciendo todo lo posible para no escalar al consumidor el aumento de los costes de producción, debido a la subida del precio de la energía. A su vez, la industria de la alimentación y las bebidas ya ha alertado de las consecuencias del incremento inflacionista en costes energéticos, materias primas y auxiliares.
También asegura que hay problemas en el aprovisionamiento y que han crecido los costes del transporte por carretera y de los fletes marítimos. Era de esperar por el aumento del precio de los carburantes y la falta de profesionales del transporte. La situación y las circunstancias actuales que la rodean ponen en riesgo a muchas empresas del ámbito de la alimentación y las bebidas y por consiguiente al empleo que generan.
En definitiva, el coste actual de la energía, el incremento de muchas de las materias primas más básicas y las dificultades con el transporte y el suministro están impactando en el Índice de Precios al Consumidor. Esto quiere decir que los productos básicos de la cesta de la compra seguirán subiendo.
Según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE), a finales de octubre la inflación se situó en el 5,5% desde el 4% con el que había cerrado septiembre. Esta senda alcista tan rápida, con una inflación interanual de un punto y medio en un mes, no se había producido en nuestro país desde 1992 cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona y no teníamos el euro.
El INE apunta que la electricidad, que además es uno de los mayores gastos de los hogares españoles, es el principal causante del encarecimiento de la cesta de la compra. A falta de datos más detallados, el organismo informó que, en líneas generales, los alimentos frescos a finales de octubre habían registrado un importante crecimiento mensual del 2,5%.
El Banco Central Europeo, en palabras de su presidenta Christine Lagarde, declaró que se espera que la escalada del IPC se acentúe en lo que queda de año pero se modere a lo largo de 2022. Lagarde también destacó que la recuperación económica sigue siendo "fuerte", aunque su "impulso se haya frenado hasta cierto punto".