¿Tienes Bizum? ¿Pago yo y me haces uno? ¿O te lo hago yo a ti? Con estas u otras palabras, seguro que todos hemos oído alguna vez una conversación así. Desde su lanzamiento al mercado en 2016, la popularidad de Bizum ha ido creciendo hasta convertirse en un imprescindible en el teléfono móvil de los jóvenes y no tan jóvenes. Con más de 15 millones de usuarios, este servicio de pago ha desbancado a las transferencias como método predilecto para enviar o recibir pequeñas sumas de dinero gracias a su gratuidad y rapidez, que nos permite arreglar las cuentas en tan solo unos segundos y de la forma más cómoda posible: desde el móvil.
Sin embargo, y a pesar de que el sistema es completamente seguro y cuenta con el respaldo de los principales bancos españoles, en los últimos meses han aumentando las estafas relacionadas con Bizum. Coincidiendo con el apogeo de la pandemia del coronavirus y el consecuente incremento de los pagos mediante métodos electrónicos, los ciberdelincuentes han aprovechado la sencillez e inmediatez de Bizum para estafar a los usuarios menos precavidos.
Una de las tretas más usadas por los ciberdelincuentes es la que se produce durante la compra venta de artículos de segunda mano. En estos casos, un supuesto comprador se pone en contacto con el vendedor para negociar los detalles de la compra e informarle de que realizará un depósito de x cantidad de dinero en concepto de reserva y a través de Bizum.
El engaño aquí nace de ese concepto de reserva, y se aprovecha de una de las operaciones que ofrece la aplicación: solicitar dinero, una opción que nos permite recibir un traspaso monetario de otro usuario. En este tipo de estafas, el estafador utiliza esta clase de solicitudes para que sea el vendedor quien envíe el importe acordado. Valiéndose de la falta de atención y habiendo allanado previamente el camino, el ciberdelincuente hace creer a sus víctimas que es él quien está mandando dinero, cuando la realidad es justo la contraria. Así, consigue que los usuarios acepten el procedimiento y transfieran la cantidad demandada, consumando con éxito el fraude.
Para cuando las víctimas se dan cuenta del engaño, el ciberdelincuente ya no está al otro lado de la línea: con el dinero en su cuenta, el estafador desaparece, deja de dar señales de vida y no responde a los mensajes del vendedor, que no tiene forma de recuperar su dinero y se ve obligado a interponer una denuncia en la policía.
Otro de los fraudes más populares en Bizum es el conocido como “vishing”, un timo en el que los estafadores se hacen pasar por funcionarios de la Seguridad Social para hacer creer a sus víctimas que les llegará un reembolso a través de la aplicación. Esta estafa también se sirve de las solicitudes de dinero para consumarse, aunque en estos casos el remitente puede llegar a aparecer como TGSS (Tesorería General de la Seguridad Social) para conseguir una mayor credibilidad.
Además, también se han reportado casos en los que los estafadores se hacen pasar por las compañías telefónicas de sus víctimas para prometerles regalos o descuentos vía telefónica. En estas situaciones, cuando el usuario acepta, los ciberdelincuentes les piden los datos de sus tarjetas o cuentas bancarias y, luego, las asocian a Bizum. Tras esto, les solicitan el número PIN, haciéndoles creer que es un código necesario para aprobar la operación, y empiezan a hacer transferencias, ya sea desde Bizum o desde las cuentas bancarias de sus víctimas.
Para no caer en este tipo de estafas, es imprescindible que seamos precavidos y prestemos atención. Las operaciones en Bizum son claras: tanto cuando se envía como cuando se solicita dinero, el usuario recibe una notificación en el teléfono móvil que le avisa del procedimiento que se ha producido.
En el caso de los envíos, el dinero va acompañado de un texto que reza “(x) te ha pagado (x) EUR en concepto de (x)” y no debemos aceptar ni rechazar la operación: la transferencia es automática. En cambio, cuando se envía una solicitud, sí se nos pide una confirmación de la operación.
En estos casos, el dinero no se envía directamente al destinatario, sino que se recibe el siguiente mensaje: '(x) te ha solicitado (x) EUR en concepto de (x)'. Para aceptar o rechazar la solicitud, debemos entrar en la cuenta bancaria, así que si te llegan este tipo de mensajes de un desconocido, tenlo claro: no aceptes, estás ante una estafa.
Además, a la hora de lidiar con este tipo de situaciones, debemos tener en cuenta que nuestro banco, Bizum y las instituciones oficiales, como Correos o la Seguridad Social, nunca nos van a pedir ni nuestros datos personales ni nuestros datos bancarios para realizar ningún tipo de operación, así que, si alguien nos los pide, no se los des: es un estafador. Asimismo, si las gestiones que nos solicitan nos llevan a un enlace externo, debemos dudar. Cualquier cambio que se realice en el entorno de las aplicaciones bancarias podría conllevar a una estafa, así que no pulses en los enlaces hasta que te asegures de que la URL es verdadera.
En caso de que hayamos caído en alguna de estas trampas, deberemos interponer una denuncia en la Jefatura de Policía más cercana y ponernos en contacto con nuestro banco para que tomen las medidas de seguridad necesarias. Bizum guarda todas las operaciones en su sistema, y proporcionará toda la información necesaria para que los cuerpos de seguridad puedan avanzar con su investigación y, con suerte, resolver el delito.