Se nos augura un invierno complicado. Parece que el forro polar será nuestro gran aliado dentro del hogar y es que las restricciones energéticas parece que van a ser una realidad. El Gobierno ya ha elaborado un plan para reducir el consumo de gas, a lo que hay que sumar la subida de precios que también nos obliga a apretarnos el cinturón con nuestros castos. La luz está prohibitiva y cualquier consejo es bueno para conseguir ir bajando unos euros a la factura mensual. Giorgio Parisi, Premio Nobel de Física en 2021, concienciado la situación, ha explicado cómo ahorrar mientras hacemos algo tan sencillo como cocer pasta. Su consejo ya se ha vuelto viral. Te lo contamos.
A través de su cuenta de Facebook Parisi asegura que se puede cocer este alimento con el fuego apagado, consumiendo lo mínimo. Lo que propone es poner en una olla agua y tenerla en el fuego hasta que comience a hervir. Añadir la pasta y tras dos minutos en estado de ebullición, apagar la vitro y tapar la olla y dejarla ahí hasta que se complete el tiempo recomendado por el fabricante. Otra opción, es bajar el fuego al mínimo sin llegar a apagarlo, lo que también supone un ahorro importante.
El científico de la Universidad de la Sapienza de Roma ha calculado que se ahorra "al menos ocho minutos de consumo de energía". Parisi explica que al tapar el recipiente no se pierde calor porque no existe evaporación y el alimento continúa sin problema su proceso de cocción. Además, el premio Nobel asevera en su publicación que la pasta se cuece perfectamente a 90 grados y que haciéndolo así también ayudamos al medio ambiente.
El debate sobre cómo cocer la pasta sin desperdiciar energía no es nuevo, pues hace unos meses la asociación Unione Italiana Food, que representa a los fabricantes de pasta, argumentó que mantener la tapa de la olla puesta durante la fase de ebullición acelera el proceso de cocción y permite ahorrar "hasta un 6 % de energía y de emisiones de CO2". Pero si además de esto se apaga el fuego, el ahorro energético se dispara y alcanza el 47 %.
Lo normal cuando cocemos la pasta es escurrir el agua en el fregadero. Sin embargo, si quieres ahorrar más, puedes darle una segunda vida. Antes de poner la pasta a hervir solemos añadirle laurel y sal, algunos incluso un chorrito de aceite y tras completar el proceso, ese líquido está mucho más enriquecido ya que contiene parte del almidón que suelta la pasta y que tiene un importante poder espesante.
De ahí que, en lugar de tirarlo, se pueda reutilizar como base de un caldo de verduras con pollo carne o pescado. También como agua, en lugar de la del grifo, en masas de repostería o de pan casero e incluso para remojar las legumbres que vas a cocinar el día siguiente.