Aunque no está tan desbocada como hace unos meses, la inflación sigue siendo el principal enemigo de nuestros ahorros. Especialmente, la subyacente -que no tiene en cuenta los productos energético o los alimentos no elaborados-, que está en un 7,6%. Estos niveles elevan el coste de la vida y disminuyen nuestro poder adquisitivo, de modo que nuestro dinero cada vez sirve para comprar menos cosas.
El efecto de un contexto inflacionista repercute también directamente en el dinero que tenemos en nuestras cuentas bancarias. Porque ese dinero que tenemos ahí acumulado, y al que no estamos dando ningún uso, pierde valor cada vez que suben los precios, o mientras se mantienen tan elevados. Por eso, lo más razonable es dejar en la cuenta el dinero justo para poder operar con ella y reaccionar ante cualquier urgencia y tratar de sacarle rentabilidad al resto.
En ese sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha calculado cuál sería la suma de dinero necesaria para dejar en una cuenta corriente y, a la vez, combatir la inflación. Una cantidad que no debe ser ni demasiado dinero ni demasiado poco.
La OCU apuesta por una cantidad similar a tres meses de salario para dejar en la cuenta corriente. Así podemos cubrir nuestros gastos mensuales (alquiler o hipoteca, alimentación, otras facturas, ocio...) y blindarnos ante alguna hipotética eventualidad o emergencia, como una avería del coche o una multa.
Mantener un saldo promedio muy bajo, implica correr el riesgo de quedarnos en números rojos y que el banco empiece a cobrarnos comisiones, porque nos pasen un cargo inesperado o un recibo por un importe superior al que esperábamos.
La rentabilidad que podamos sacar al resto de nuestros ahorros dependerá del tiempo que podamos prescindir de los mismos. La OCU hace dos propuestas: Si solo podemos prescindir del dinero durante unos meses podríamos optar por un depósito a corto plazo, por ejemplo, de un año. Con cuidado, eso sí, de no sacar el dinero antes de tiempo porque podrían penalizarnos.
Si podemos prescindir del dinero durante un periodo de tiempo mayor, una buena opción son los depósitos a cinco o diez años. A pesar de posibles momentos de pérdidas, las ganancias potenciales son mucho mayores.
La OCU también recomienda no dejar más de 100.000 euros en el mismo banco, ya que es la cantidad máxima que el Fondo de Garantía de Depósitos cubre en el caso de quiebras. Es conveniente repartir ese dinero en productos de diferentes entidades.