No hay barco más famoso en el mundo que el Titanic, el trasatlántico que nos regaló décadas después de su hundimiento una de las películas más espectaculares del cine. Aquel 1912 fueron muchas las personas que se embarcaron en el grandioso Titanic, pero había una persona que estaba por encima del resto: John Jacob Astor IV. Se trataba de un magnate estadounidense que destacaba en el buque por ser la persona más rica que se subió al transatlántico.
Aquella noche del 14 de abril, cuando el Titanic chocó con un iceberg, nunca pensó que el barco terminaría bajo el mar. Sin embargo, en el momento en el que vio como sí que había un peligro real, se aseguró de que su mujer se subía a uno de los botes salvavidas mientras esperaba fumando un cigarro su turno, que nunca llegó. Así, el hombre más rico del Titanic se hundió con él, pero su legado ha llegado hasta hoy con la subasta de su reloj de bolsillo de oro.
Se trata del reloj que llevaba en ese momento y que acaba de ser vendido por 1.175 millones de libras, unos 1’37 millones de euros. Una cifra que según la casa de subasta Henry Aldridge & Son, es la más alta que se ha alcanzado con la venta de un objeto del Titanic en una puja.
Hasta el momento el precio más alto que se había pagado por un objeto del buque era de 1’1 millones de libras por un violín que había sido tocado en los momentos finales del barco sobre el mar por el director de orquesta, pero han tenido que pasar 11 años para superar esa cifra con este reloj, que ha sido adquirido por un coleccionista privado de Estados Unidos que pujó pagando siete veces el precio de salida de la pieza.
Según Andrew Aldridge, subastador de la casa, Astor no solo era la persona con más dinero del barco en aquel momento, sino que también poseía una de las grandes fortunas del mundo, estimada en unos 87 millones de libras. Tal fue su importancia que incluso fue representado en la película, donde le interpretó Eric Braeden.
El cuerpo del magnate fue recuperado en pleno océano Atlántico el 22 de abril de 1912, varios días después del hundimiento, momento en el que se encontró el Waltham de oro de 14 quilates en uno de sus bolsillos con las iniciales JJA grabadas. No solo eso, aún conservaba los gemelos de oro, su cartera o un anillo de diamantes, pero gracias a lo que lo pudieron identificar fue por las iniciales bordadas en su chaqueta.
Astor volvía junto a su esposa, de 18 años, de su luna de miel por Europa y Egipto y, tras recuperar el reloj, fue heredado por su hijo Vicent, fruto de su primer matrimonio, pero en 1935 se lo regaló a William Dobbyn, secretario ejecutivo de su padre, con motivo del bautizo de su hijo, de quien era padrino.
Al parecer, los Dobbyn conservaron la joya hasta los años 90, cuando la vendieron a un coleccionista. Desde entonces se ha expuesto en diferentes museos hasta que este fin de semana ha encontrado un nuevo dueño.