Los bancos recuperan sin avisar las comisiones por las tarjetas: cómo evitar pagar por las de crédito y débito
Los tres grandes bancos a nivel nacional (Santander, BBVA y CaixaBank) han empezado a cobrar entre 20 y 40 euros anuales por tarjetas
Si se le suman los costes de mantenimiento de la cuenta, este incremento representa un impacto significativo en los bolsillos
Año nuevo, comisión nueva. Es lo que han debido pensar algunos bancos. Durante las últimas semanas, varios de los más importantes del panorama nacional han anunciado subidas de comisiones en sus productos más básicos. Estos aumentos afectan, sobre todo, a clientes que no utilizan la dicha entidad como su banco de referencia. Hasta ahora, la gratuidad a la hora de abrir una cuenta o de obtener tarjetas de crédito era uno de los principales reclamos que utilizaban unos y otros para ganar adeptos pero esto deja de ser así.
A partir de ahora, a parte de eliminar determinadas cuentas con grandes beneficios para el cliente, las entidades endurecen las condiciones. Los tres bancos más grandes de nuestro país cobran entre 20 y 40 euros de comisión de mantenimiento por las tarjetas. Hablamos con HelpMyCash que nos revela varias formas de librarnos de este gasto extra e inesperado.
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Cumple los requisitos
Parece evidente, pero no tanto. Los bancos no nos cobrarán por nuestras tarjetas si somos capaces de acatar a rajatabla las condiciones de la cuenta bancaria asociada. Las clausulas más comunes son vincular nuestros ingresos, es decir domiciliar la nómina, hacer lo mismo con los recibos de la luz, el gas, el agua o internet. Realizar con una frecuencia mínima movimientos con la tarjeta ya sea de forma física o por internet. Es decir, demostrar al banco que es fundamental en tu día a día.
El Santander ha revisado su Cuenta Estándar para particulares, que cobra una comisión de mantenimiento de 144 euros anuales desde el pasado 2 de enero, lo mismo que la Zero 1…2…3 del mismo banco. Cien euros cobrará el BBVA a los clientes que no cumplan una de estas dos condiciones. O bien tener un mínimo de cinco cargos por recibos domiciliados en la o disponer de una tarjeta de crédito o débito activa que haya realizado al menos siete movimientos en los últimos 4 meses.
Bankia cambiará sus comisiones a partir del 13 de febrero de este año. Se cobrará hasta 168 euros anuales a no ser que se realicen un mínimo de dos pagos con tarjeta de crédito al mes, se tenga una póliza de seguro de riesgo con un importe mínimo de 135 euros anuales o se acumulen 30.000 euros en algún fondo de inversión, plan de pensiones o seguros de ahorro.
El problema viene cuando la tarjeta la tenemos asociada a una cuenta secundaria. En ese caso pagar es prácticamente impepinable a no ser que tengas ganas de discutir o estés dispuesto a cambiarte de banco.
Escoge una entidad digital
Pese a que los bancos más tradicionales han decidido endurecer las condiciones, sigue habiendo otros que siguen teniendo como estrategia para ganar adeptos la gratuidad de algunos servicios. Evo, Openbank o ING son algunos de los que no aplican comisiones ni por la emisión ni por el mantenimiento de las tarjetas.
El problema está cuando te gusta ir físicamente a la oficina o recurrir a una persona para ciertas operaciones. Sin embargo, es cierto que estos ‘nuevos bancos’ ofrecen una serie de ventajas desaparecidas en el resto. No suelen cobrar costes por las operaciones básicas, cuentan con rentabilidad por domiciliaciones o aperturas nuevas y también ofrecen determinados descuentos.
Renegocia con tu entidad las condiciones
Puede parecer el último as en la manga. Pero seguro que ya lo has hecho con tu compañía telefónica en alguna ocasión y esto no puede ser menos. Los años de antigüedad en el banco puede ser tu estrategia más fiable. Probablemente con eso servirá para que el banco acceda a negociar los costes de los productos que no queremos pagar.
Pero advertimos que el modo reivindicativo no siempre funciona como esperamos y puede que no logres tu fin. Pero bueno, con un poco de suerte te ahorrarás un buen pico en comisiones y eso siempre sienta muy pero que muy bien.