Es sabido que en invierno gastamos más energía en casa. Y más con la llegada de la Navidad. Ponemos más la calefacción, gastamos más agua caliente y ello aumenta las facturas a final de mes. El año pasado, por estas fechas, la empresa certificadora Certicalia estableció, en base a un estudio, que los hogares españoles gastarían, de media, más de 300 euros mensuales por estas fechas. A este respecto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una serie de consejos (a partir de una encuesta de hábitos) para que los recibos energéticos se mantengan en la media y no tengamos que realizar un gran desembolso en una época que, de por sí, gastamos más.
Electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas suponen una gran fuente de gasto de energía en nuestros hogares. Es por ello que, cada vez que los usemos, debemos asegurarnos de haber llenado el máximo de su capacidad. Si en una lavadora podemos ahorrarnos dos lavados, adelante; lo mismo pasa con el lavavajillas. Es mejor esperar y aprovechar el máximo de su capacidad. Según la OCU, solo el 50 y el 58 % de los consumidores lo hacen.
¿Cuántas veces lo habrás repetido a tus hijos? "Cuando salgas de la habitación, apaga las luces". Este es uno de esos gastos totalmente evitables que, a final de mes, termina por hinchar las facturas de luz. Tan sencillo como encender solo las luces de las habitaciones en las que estemos. Un 78 % de los encuestados por la OCU siguen esta norma.
Se trata de una de esas rutinas en la que nunca reparamos. Al terminar de comer, guardamos las sobras en un 'tupper' y, seguidamente, las metemos dentro del congelador cuando todavía están calientes. ¡Error! Esto supone que aumente la temperatura y la cadena de frío se rompa, con lo que podríamos estropear el electrodoméstico. Un 68 % reconocen que ya no lo hacen.
La secadora nos ahorra tiempo, pero nos cuesta energía, y por tanto, dinero. A este respecto, la OCU recomienda utiliza el método tradicional: un tendedero al sol. Cierto es que no dispondremos de la ropa ipso facto. Más de la mitad de los consumidores encuestados se han pasado al tendedero en detrimento de la secadora.
Ojo: solo en el supuesto de que dispongamos de una tarifa de discriminación. Esta tarifa supone que pagamos menos durante deteminadas horas del día a cambio de pagar algo más en las otras franjas. A este respecto, la OCU recomienda concentrar el uso de aparatos electrodomésticos en las 'cheap hours' con le objetivo de reducir la tarifa a final de mes. Un 48 % de los encuestados tiene esta tarifa y actúa de esta forma en casa.
En la gran mayoría de los no se apagan las regletas cuando acabamos utilizarlas, con el consiguiente aumento en la tarifa de la luz. Tan simple como apagarlas cuando hayamos terminado de ver la televisión, usar el ordenador o cargar el teléfono móvil. Es el menor porcentaje de la encuesta: apenas un 40 % lo hacen.
La encuesta revela que los hogares españoles no son, en su mayoría, eficientes en cuanto al equipamiento. Un 13 % de las casas y un 5 % de los apartamentos o pisos encuestados tienen los electrodomésticos, utensilios y, en definitiva, el equipamiento para ahorrar en el consumo de agua y energía. Lo más utilizado en términos de ahorro energético son las bombillas de bajo consumo: un 76 % las tiene.
Sin embargo, las tarifas de discriminación horaria son todavía residuales. Tan solo un 27 % asegura disponer de ellas. El aislamiento térmico también brilla por su ausencia: dos de cada diez edificios de pisos los tienen. Algo parecido ocurre con los grifos con cabezales que ahorran agua: se encuentran tan solo en un 38 % de las casas.