Hace unos días la brutal caída del 50% del valor del bitcoin en solo seis meses hacía saltar todas las alarmas en el mundo de las criptomonedas. Y el panorama, extremadamente volátil, sigue oscureciéndose para los inversores en las divisas digitales, poniendo muy en duda ese brillante futuro en el que muchos las imaginaban sustituyendo al dinero tradicional. El desplome de Luna, que ha perdido el 99% de su valor en solo unos días, ha sembrado (aún más) el pánico en el criptomercado.
Más allá de la inflación disparada o de la incertidumbre causada por la invasión rusa de Ucrania, la causa de la actual crisis está en la pérdida o monedas estables. "Se nos han roto las tuberías del sistema y se nos está inundando la casa de las criptodivisas", nos explica nuestro experto financiero Javier Ruiz.
"Hasta ahora las 'stablecoins' funcionaban literalmente como la base sobre la que se construía el sistema cripto. Al romperse la equivalencia cripto-dólar el sistema se ha venido abajo, se ha desplomado un 67%, y cuando se rompe el sistema se caen todas las demás monedas", explica. Al desplomarse la 'stablecoin' terraUST hasta llegar a cotizar en 0,22 dólares, su fundador Do Kwon anunció su disposición a sacrificar su otro token (Luna) para salvar la 'stablecoin'.
Así, el precio de Luna ha caído más del 99 por ciento prácticamente de la noche a la mañana, acabando con la fortuna de muchos inversores. Y, por efecto dominó, ha contagiado a otras muchas criptomonedas por la pérdida de confianza. El bitcoin cayó este jueves hasta los 27.000 dólares, y ethereum, la segunda criptomoneda más importante del mundo, perdía un 20% de su valor en solo 24 horas.
"Perdí todos los ahorros de mi vida. Había comprado Luna a 85 dólares, no estoy seguro de qué hacer", escribió un miembro del sub-Reddit r/TerraLuna. Otro lamentaba su "codicia": "Debería haber vendido cuando estaba a 100 dólares, entonces habría ganado 25.000. Esperaba ganar más para dar la entrada de una casa para mi familia. Supongo que ya no habrá casa ni ahorros". Ruiz apunta que "la especulación y el dinero fácil" está en la raíz del drama actual de muchos inversores.
Algunos incluso han manifestado intenciones suicidas tras ver cómo su cartera perdía todo su valor en un abrir y cerrar de ojos. "Perdí más de 450.000 dólares, no puedo pagarle al banco", escribió un usuario del foro Terra. "Perderé mi hogar pronto. Me quedaré sin hogar. El suicidio es la única salida para mí". Ante esta situación, los moderadores de ese foro, con 44.000 miembros, fijaron los números de la línea directa para la prevención del suicidio.
La pregunta ahora es qué va a pasar a corto y medio plazo en el mundo cripto. Ruiz apunta que "es muy difícil saber si van a seguir o no las caídas, pero todo apunta a que vamos a cambiar el ciclo". "Algunas criptomonedas no solo van a caer sino que van a desaparecer. Estamos en un proceso de selección natural", advierte nuestro experto. Esto no significa que vaya a desaparecer el bitcoin, que ha perdido un 24% de su valor en una semana, pero hay multitud de divisas digitales "ahora mismo ahí fuera" y "muchas de ellas no tienen base racional, no aguantan toda esta especulación".
Conviene apuntar que, pese al cryptocrash de estos días, las criptomonedas a día de hoy valen 1,2 billones de dólares, es decir, una capitalización equivalente a la de Amazon, según el portal CoinMarketCap. Más llegó a caer el bitcoin en 2018 -un 80%, porcentaje muy superior al actual- y fue capaz de recuperarse por completo. Por ello, en momentos de dificultad como el actual, la consigna es holdear, es decir, aguantar el chaparrón sin vender.
Pero qué hacer si se tiene dinero invertido en criptos "depende de tantos factores que es imposible dar una sola respuesta", admite Ruiz. Si se ha apostado un dinero superfluo, no imprescindible y que no es significativo en tu renta, "igual es mejor esperar y ver si esto se da la vuelta. Sinceramente, esa debiera ser la forma de proceder en apuestas de tantísimo riesgo", expone el experto.
El analista de eToro Simon Peters subrayaba hace unos días que la volatilidad y el bajo rendimiento del mercado tienden a corregirse con el tiempo, por lo que "la clave ahora es que los inversores se aseguren de que están satisfechos con sus casos de inversión, y estén preparados para mantener el rumbo ante una mayor volatilidad".
Pero también habrá quien necesite sacar el dinero antes para cubrir sus gastos o porque considere las pérdidas excesivas. "Si el dinero que se está jugando es dinero que se necesita, hay que salir de ahí cuanto antes mejor, porque nadie sabe lo que va a pasar ahora mismo y la única certidumbre que tenemos es el hoy. Hay un riesgo brutal y no hay salvaguarda alguna", advierte Ruiz. "No hay un manual de entrada y salida de las criptomonedas, más allá de que sí debería haber una enorme advertencia: quien juegue en esto, que sepa que puede perder hasta la camisa", concluye.
Todos esos pequeños inversores que apostaron por Luna o terraUST no tienen forma de recuperar lo perdido, por mucho que Do Kwon tuiteara el pasado martes que está "cerca de anunciar un plan de recuperación para UST. Aguanten". Quizás el caso sí sirva para impulsar un mayor interés de las autoridades por regular el funcionamiento de unos activos de altísimo riesgo para los que no hay gobiernos ni vigilancia, como si se tratara del Salvaje Oeste.
Y no hay que olvidar que incluso en estos tiempos tan inciertos algunos expertos optimistas aún ven buenas expectativas de futuro para las divisas digitales. El CEO de Coinbase, Brian Armstrong, aseguraba hace escasas fechas que "las criptomonedas podrían tener 1.000 millones de usuarios en una década". "Creo que en 10 o20 años, veremos una parte sustancial del PIB en la criptoeconomía", asegura.