Uno de los gastos fijos que suele tener cada unidad familiar es el seguro. Como mínimo, el de la casa donde vivimos y el del vehículo que usamos a diario. A partir de ahí, podemos ampliar nuestra seguridad con múltiples opciones, como el seguro de vida, más común de lo que parece. En cualquier caso, este gasto fijo que una vez al año sí o sí 'viene a saludarnos' con puntualidad suiza, representa muchas veces un gasto que te arruina las cuentas del mes correspondiente.
Hablando de seguros de coche, para moto también vale, el primer paso antes de contratarlo es ser consciente de lo que se quiere. Analizar y comparar la oferta es el primer paso obligado, consultar a expertos o echar un ojo a los distintos comparadores que existen en internet. Ayuda mucho saber qué coberturas son las más necesarias y cuáles son superfluas o podemos prescindir de ellas. Franquicias, todo riesgo, sólo terceros… depende también del vehículo –su potencia, los extras- y la edad del tomador, del expediente que acumule, los años de carnet, el historial de accidentes…
…y una vez elegido, ojo con la forma de pago, pues a veces los plazos no tienen recargo y es más ventajoso que en un solo pago anual. También hay que vigilar el tema de agrupar varios seguros en la misma compañía para abaratar el coste final.
Si has hecho tu seguro haciendo estos deberes previos, enhorabuena, has optimizado todas las herramientas a tu alcance para obtener el mejor precio posible. Pero, una vez contratado el seguro y llegado el momento de la renovación… ¿cómo seguir ahorrando?
El resumen de lo que deberíamos hacer es el siguiente: Revisar comparadores en internet, buscar un seguro similar que cueste menos dinero, llamar un mes o dos antes del vencimiento y decir que te vas si no te lo rebajan, poniendo el ejemplo que has encontrado. Llega a cancelar el seguro si es necesario. Te llamarán al 99,9% para ofrecerte una mejor oferta y pagarás menos.
A continuación te contamos el caso real de un compañero de trabajo, al que llamaremos Jacobo –prefiere ocultar su identidad-. Lo explica tan bien que no hace falta añadir ni una coma al entrecomillado.
"Desde hace al menos seis años, todos los años llamo al seguro cuando queda un mes para la renovación de la póliza. Empecé pagando alrededor de 700 euros por un coche nuevo, SEAT Ibiza ST FR. Ahora pago unos 430 euros. Siempre todo riesgo sin franquicia.
Lo que hago es utilizar los comparadores de seguros cuando queda poco tiempo. Siempre encuentras ofertas muy buenas. Llamo a mi compañía y les digo que me quiero ir porque he encontrado precio mejor. Y les sugiero que no busco que me bajen hasta el nivel de la oferta que he encontrado pero sí que me bajen algo. En realidad lo que buscaba al principio con esto era que no me subieran el precio, que es la operativa habitual de todas las compañías. Lo que he comprobado con el tiempo es que siempre consigo que me bajen algo la factura a pagar.
Un truco, tal vez poco honesto (y con el que no hay que abusar) es no dar toda la información detallada cuando configuras tu situación en el comparador. Una pregunta que hacen todos los comparadores, por ejemplo, es si te han puesto multas en el último año. Si has tenido alguna muy leve (aparcamiento, exceso mínimo de velocidad sin retirada de puntos...), no lo pongo. De este modo la oferta que me da el comparador es mejor y me permite un margen más amplio de negociación.
Por supuesto, entiendo que habrá un límite a partir del cual ya no me bajen más. Llegado a ese punto, me bastará con que no me suban, que no es poco."
No sé lo que harás tu a partir de ahora, pero este upper que suscribe, cuando llegue octubre –la póliza me vence en diciembre- va a hacer una llamadita a su compañía de seguros…