La entrada en vigor el pasado 1 de junio de la nueva factura de la luz ha supuesto un mazazo para muchos españoles. Según los datos de FACUA-Consumidores en Acción, el recibo de la luz de un usuario medio se ha disparado un 45,4% en la primera quincena de junio, y se calcula que, de mantenerse las nuevas tarifas, el recibo alcanzará un máximo histórico de 90,84 euros, un importe que, sin duda, hará mella en las economías más desfavorecidas.
Más allá de las bromas sobre poner la lavadora de madrugada o despertarse antes que de costumbre para poder planchar sin que nuestros bolsillos sangren, está claro que la nueva factura sobre electricidad tendrá importantes consecuencias en nuestra cuenta bancaria, a menos que cambiemos nuestra rutina para ajustarla a los nuevos tramos impositivos.
Sin embargo, dada la época en la que nos encontramos, en pleno verano y con muchos españoles teletrabajando por la Covid-19, adaptar nuestros días a estas franjas horarias parece casi misión imposible. Y es que, con el calor que hace, ¿quién puede trabajar, o vivir siquiera, sin el ventilador o el aire acondicionado? Cuando llega el verano, estas dos máquinas se convierten en un imprescindible en nuestras casas, pero con las nuevas tarifas, su uso puede hacer que nuestra factura se dispare.
Afortunadamente, existen una serie de truquitos que pueden ayudarnos a ahorrar sin morir por el calor. Uno de ellos es, obviamente, evitar el uso de estos aparatos mientras no estemos en casa y en las franjas horarias más caras, es decir, desde las 10:00 a las 14:00 horas y desde las 18:00 a las 22:00 horas. Pero, además, es recomendable que controlemos la temperatura a la que colocamos nuestro aire acondicionado.
Según señalan los expertos, para alcanzar el confort térmico y ahorrar en la factura de la luz, debemos colocar nuestro aire acondicionado a una temperatura de entre 26 y 27 grados centígrados. De este modo, no solo conseguiremos una sensación de completo bienestar físico, sino que también podremos reducir nuestro gasto, ya que por cada grado que bajemos acabaremos pagando un 8% más en nuestra factura.
En concreto, lo mejor que podemos hacer para controlar nuestros gastos es vestirnos con ropa fresca y mantener el aire a unos 26 grados. No obstante, si nos sentimos acalorados, es preferible que apaguemos el aire acondicionado y apostemos por conectar un simple ventilador en lugar de bajar la temperatura, ya que el gasto será mucho menor.
Además, en estas situaciones, se recomienda que revisemos los filtros de nuestro aire acondicionado, pues es probable que estén sucios. Tal y como señalan los expertos, para garantizar el buen funcionamiento del aire acondicionado debemos limpiar los filtros dos veces al año, como mínimo. De lo contrario, la suciedad podría acumularse y, en consecuencia, afectar a la eficiencia de nuestra máquina.
Para limpiar los filtros, basta con que utilicemos agua y jabón, abrir la tapa del aparato y lavarlos. Tras esto, los dejaremos secar, pero con cuidado de no colocarlos bajo el sol.
Otro consejo que puede ayudarnos a ahorrar en la factura de la luz y a mantener nuestra casa fresquita es utilizar las distintas funciones de nuestro aire acondicionado. Así, si tenemos calor y no disponemos de un ventilador a mano, en vez de bajar la temperatura de nuestro aire acondicionado hasta los veinte grados, con el consecuente gasto que esto conlleva, es mejor que utilicemos el botón que llevan incorporados estos aparatos para conseguir frío, que suele identificarse como “turbo” o “powerful”.
Además, también es conveniente que usemos la función de deshumidificación de nuestro aire acondicionado si sentimos un calor sofocante a pesar de tener encendido el aparato. En estos casos, es posible que el problema no sea tanto el calor, sino la humedad acumulada en nuestra vivienda, que nos impide estar a gusto.
Finalmente, para asegurarnos de que nuestro recibo de la luz se mantiene en unos márgenes normales, es recomendable que, a la hora de adquirir un aire acondicionado, apostemos por aquellos que son energéticamente eficientes, es decir, aquellos calificados con A+++ con tecnología inverter, ya que, aunque sean más caros, a la larga nos permitirán ahorrar en la factura.