El relevo generacional en una empresa familiar siempre es un momento delicado. Solo un tercio de este tipo de sociedades llega a la segunda generación, y únicamente un 5% llega a la cuarta. En muchas ocasiones se cometen errores como no planificar correctamente el relevo, no establecer un código de normas o colocar al frente a un nuevo líder sin preparación. No parece ser el caso de Inditex, la compañía que arrancó Amancio Ortega en un taller en 1963 y que hoy es una de las mayores compañías de distribución del mundo. Desde este 1 de abril su hija Marta Ortega toma las riendas de la empresa, convirtiéndose a sus 38 años en la presidenta más joven del Ibex 35.
Amancio Ortega demostró visión de futuro al optar en 2011 por un relevo no familiar, en la persona de Pablo Isla como presidente del Consejo de Administración, lo que dio tiempo a su hija para formarse, aprender y rodearse de profesionales con experiencia. Nacida en Vigo, en 1984, Marta se graduó en Comercio Internacional por la European Business School de Londres y comenzó a trabajar en el grupo textil en 2007, un largo periodo formativo en diferentes áreas de negocio - incluida una fase como dependienta de Berksha- y destinos internacionales.
Ahora llega el momento de Marta Ortega, que aunque no asumirá responsabilidades ejecutivas en Inditex -eso será responsabilidad del CEO, Óscar García Maceiras-, enarbola el inicio una nueva era para la empresa, especialmente tras la marcha de Pablo Isla. Sus principales funciones serán las áreas de auditoría interna, la de secretaría general y consejo de administración y la de comunicación, todo ello en un momento plagado de desafíos, algunos de ellos muy a corto plazo.
Tras triplicar sus beneficios en 2021 respecto al año anterior marcado por la pandemia -su beneficio neto en su último ejercicio fiscal fue de 3.243 millones de euros-, el conflicto bélico en Ucrania sigue siendo la mayor poblemática a la que se enfrenta Inditex, que ha perdido el 19,62% de su valor en bolsa desde que estalló la guerra, llegando a ser superada por Iberdrola como empresa del Ibex con más capitalización. La compañía tuvo que cerrar sus tiendas tanto en Ucrania como en Rusia, país en el que tiene 502 establecimientos con 10.200 empleados, su segundo mercado más importante.
Otro reto inmediato es minimizar el impacto de la inflación, que llega ya al 9,8%. La compañía estima que en 2022 subirá sus precios de media en España un 2%, mientras que en otros mercados llegaría al 5%. El objetivo es mantener el margen bruto, que fue del 57% en 2021, pero si los precios siguen subiendo no es improbable que la compañía revise de nuevo sus precios.
En el horizonte más inmediato está la inauguración de la mayor tienda de Zara del mundo en el hotel Riu Plaza España de Madrid, con 7.700 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, incluido un almacén que permitirá prestar servicio inmediato de reposición. Y un nuevo Stradivarius de 1.200 metros cuadrados. Ya más a medio plazo, la etapa de Marta Ortega seguirá manteniendo su apuesta por el mercado online, que hoy por hoy supone más del 25% de ventas. El objetivo es superar el 30% en 2024. En cuanto a la sostenibilidad, otro de los compromisos más firmes de la empresa, el objetivo es lograr emisiones netas cero en 2040.
El hasta ahora presidente de Inditex, Pablo Isla, cobrará 23 millones de euros por su salida de la compañía que catapultó hasta la cumbre, revalorizándola en más de 50.000 millones. Durante su liderazgo logró situar a Zara y a todas las marcas del grupo como uno de los nombres de referencia en el mundo de la moda. Durante su último ejercicio al frente de la compañía percibió una retribución total de 12,44 millones de euros.