La generación más numerosa de la historia de España envejece. Ahora están llegando a la jubilación los primeros boomers, y durante los próximos 30 años se irán incorporando 22.000.000 de personas que ahora tienen entre 35 y 65 años. Esto lo cambiará todo. La sociedad española va a experimentar un envejecimiento intenso y prolongado, que no será compensado ni por el tibio aumento de los nacimientos previstos, ni por la llegada de jóvenes inmigrantes, aunque sea en cantidades nunca antes conocidas.
La España (y la Europa) de dentro de 20 años, será muy distinta a la de hoy, para bien o para mal, pero esto se sabía desde hace décadas. Por ello resulta sorprendente, y descorazonador, que la ONU haya declarado la Década del Envejecimiento Saludable 2020-2030, casi 40 años después de que se celebrara en Viena la I Asamblea Mundial del Envejecimiento, que bajo el manido lema de "añadir vida a los años" ya alertaba de todo lo que ahora se nos viene encima. En estos 40 años se ha avanzado poco, y los problemas que se pronosticaban entonces han llegado, pero no las soluciones propuestas.
También Europa lanza una vez más la voz de alarma a través del Libro Verde del Envejecimiento, otro documento sobre lo que deberíamos hacer para que esta transformación de la sociedad no nos pille con el pié cambiado. En esta ocasión, además, la Comisión Europea abre un periodo de consultas para que los ciudadanos propongamos soluciones. En esas estamos.
Esta revolución social anunciada viene de la mano de la demografía. Hoy en España hay cerca de 20.000.000 de personas mayores de 50 años. En 2041 seremos 24.500.000, la mitad de los españoles tendremos más de 50 años. Hoy hay en nuestro país 9.400.000 jubilados. En 2041 serán 14.400.000.
Además viviremos más tiempo, tres años más de media, y en mejores condiciones. Veinticinco millones de consumidores, se trata del mercado en expansión más definido y predecible, la diana a la que deben apuntar todas las empresas que quieran sobrevivir en adelante, es la economía de las canas, la silver economy.
El último estudio de la Comisión Europea sobre la economía plateada calcula que el volumen de negocio que mueven los jubilados tiene potencial de expandirse un 5% anual hasta el 2025, para alcanzar los 5,7 billones de euros. Su contribución al PIB europeo alcanzará los 6,4 billones en el 2025 (un 32% del total) y generará 88 millones de puestos de trabajo.
Este filón de la longevidad será especialmente abundante en España, y abre interesantes oportunidades a demandas ya existentes y no satisfechas. Primero, potenciando las capacidades mientras el cuerpo aguante. Lo que se viene llamado envejecimiento activo. Y luego, cuando necesitemos ayuda, cuidándonos mejor, preferentemente en casa, y de forma más personalizada.
"La tasa de ocupación de los mayores de 55 años es del 53%, de las más bajas de los países desarrollados. Si se acercara al 73% que tiene Nueva Zelanda o los países nórdicos, nuestro PIB aumentaría en torno al 15%" señala Jose Antonio Herce, doctor en Economía y experto en longevidad y pensiones. Y por ahí van las políticas. El ministro de la Seguridad Social, Jose Luis Escrivá, ha manifestado por activa y por pasiva que debemos trabajar más años y para ello hay que reciclarse y reinventarse.
Los formadores en tecnologías digitales, gestores de la edad en las plantillas y orientadores laborales serán perfiles muy demandados por las empresas de recursos humanos. También los consultores para el emprendimiento en perfiles senior, con conocimientos en legislación europea, nacional y autonómica de ayudas y subvenciones de apoyo al emprendedor.
En consonancia con la necesidad de reinventarse y aprender continuamente, las empresas de formación y las plataformas e-learnig también crecerán mucho en los próximos años.
En el campo del ocio, los viajes de experiencias y temáticos tienen un futuro halagüeño. "Toda oferta que implique socialización será más atractiva, y más tras la pandemia actual. Estamos, todos, más necesitados de compañía que nunca", explica Juan Carlos Alcaide, director general de The Silver Economy Company.
A los viajes tradicionales se sumarán las experiencias virtuales, con recreaciones históricas de realidad aumentada a través de los dispositivos móviles, que añadirán un nuevo componente de entretenimiento y cultura.
En el campo de los viajes y el ocio se desarrollarán viajes especializados y asistidos para la creciente población dependiente, ya sea con problemas de movilidad, o con deterioros cognitivos.
Vivir más años implicará mantenerse en forma durante más tiempo. Los entrenadores personales y especialistas en nutrición serán muy demandados. También los cosméticos antiedad, así como los complementos alimenticios y vitamínicos.
Queremos envejecer y vivir en nuestra casa el mayor tiempo posible. Tienen futuro las empresas de reformas que se orienten hacia la readaptación de las casas para la vida de los más mayores. Cambiar bañera por ducha accesible, cocina de gas por inducción, instalación de detectores de humo y gas, suelos antideslizantes, barandillas, sillas salva escaleras, elevadores etcétera.
También la inteligencia artificial entrará en los hogares que estarán domotizados para prevenir accidentes y alertas de posibles problemas. El reto es lograr hogares controlados en remoto sin invadir la intimidad de los habitantes. A su vez, las empresas de construcción deberán enfocar parte de su negocio a la adecuación y accesibilidad de los entornos urbanos y rurales.
Para Jose Carlos Alcaide "en este, como en todos los ámbitos, se camina hacia la silverización de los productos. No se trata de que las empresas hagan productos para los senior. Se trata de que hagan productos para todos, incluidos los más mayores. Y esto va desde un edificio accesible a un tarro de mermelada de apertura fácil".
Las nuevas tecnologías serán fundamentales para que el mayor pueda mantenerse en casa. Se prevé un desarrollo importante del control de la salud a distancia. La telemedicina permitirá controles de medicamentos, cardiovasculares, respiratorios, nerviosos, y permitirá realizar diagnósticos y prescribir tratamientos. Además de los desarrolladores de estas tecnologías, se crearán puestos de trabajo de formadores de estas tecnologías que servirán de enlace entre los propios mayores o sus cuidadores y los centros de salud.
Armando Cuesta, fundador y gestor de Abante Biotech, el primer fondo de inversión español en el área de life sciences ve un desarrollo importante "en las empresas de biotecnología y farmacéutica; también en las empresas de medicina tecnológica, como pueda ser el robot cirujano Da Vinci, el desarrollo de marcapasos, stent coronarios, prótesis, etcétera; en tercer lugar los diagnósticos personalizados, muy relacionados con la genómica, que identifican marcadores personales para la incidencia de los tumores, por ejemplo; y por último en las clínicas especializadas de atención a la salud", explica el gestor del fondo.
Hoy hay 2.900.000 mayores de 80 años. En 2041 serán más de 4.600.000. Los cuidados y la atención a la dependencia tienen el negocio asegurado. La pandemia ha puesto el modelo actual de cuidados en cuestión, y se abre camino la fórmula de la atención Centrada en la Persona o los nuevos modelos residenciales.
La pandemia ha impulsado la atención personalizada y en el domicilio. Se necesitarán profesionales con formación multidisciplinar, capaces de acompañar a los dependientes en itinerarios personalizados, que incluyan las tareas del hogar, el ejercicio físico, la estimulación mental y las relaciones sociales. El Plan de Choque para la Dependencia contempla el desarrollo de esta figura de asistente personal.
Por otra parte, según la Sociedad Española de Neurología, dentro de 20 años tendremos 2.200.000 personas con deterioro cognitivo que precisarán programas específicos de estimulación. Serán necesarios terapeutas ocupacionales especializados en geriatría y demencias.
La pregunta es si podremos permitirnos estos avances que pronostican los expertos, y si una sociedad cada vez más envejecida podrá generar los recursos necesarios para pagar las necesidades de sus longevos componentes.
Parte de la solución está en el mercado de trabajo. En países como Alemania, Suecia o Reino Unido, más de la mitad de las personas mayores de 65 años generan ingresos a través de algún trabajo independiente, en España no llegan al 3%.
Jose Antonio Herce lo tiene claro, "la creciente longevidad, gestionada adecuadamente, es el baby boom que buscamos desesperadamente", indica el experto en longevidad y pensiones. "Debemos aprovecharemos del maná de la longevidad y no pretender con sobornos que las parejas tengan más hijos". Y añade: "Es más eficaz deshacerse de la tiránica barrera de los 65 años en el trabajo, romper el techo de cristal de esa edad, que fomentar la natalidad para que los jóvenes nos paguen las pensiones".
Iñaki Ortega, director de Deusto Business School y profesor de la UNIR opina que esta revolución de las canas "permitirá que millones de personas de esa edad sigan trabajando, ahorrando, creando y consumiendo. Será posible que nazcan nuevas industrias y emprendedores, muchos de ellos seniors, que encuentren oportunidades donde nadie pensó que podía haberlas. De hecho, un 18% de adultos de entre 50 y 64 años emprenden, frente al 11% de los jóvenes de 18 a 29", concluye Ortega.
Los boomers han sido el impulso vital y económico de España en los últimos 40 años, han sostenido el Estado de Bienestar y posibilitado el mayor desarrollo social, económico y cultural de la historia de nuestro país. Ahora, entre la oportunidad y la amenaza, vuelven a ser requeridos como parte de la solución al problema de añadir años a la vida.