Decidimos vivir allí donde hemos nacido o en aquel lugar donde tuvimos la fortuna de encontrar un trabajo que nos permitió independizarnos. En esos momentos no se nos ocurrió ahondar en los impuestos ni en los beneficios fiscales… Una vez asentados y tras unos años de cumplir con Hacienda y las declaraciones de la renta oportunas, nos vamos dando cuenta de las ventajas de un área frente a otras.
En Uppers estas diferencias nos han llamado la atención así que vamos a desvelar cuál es la ciudad con menos impuestos, así como cuál es la comunidad autónoma que paga más impuestos. Para ello hemos tomado como referencia el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal 2021 elaborado por la economista Cristina Enache y coeditado por la Tax Foundation y por la Fundación para el Avance de la Libertad.
Tal como refleja Cristina Enache en su estudio las provincias en las que se tributa con una imposición más baja son Madrid, Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y Canarias. Además, destaca el que estas cinco provincias españolas repiten por segundo año seguido en sus posiciones.
Para llegar a esta conclusión se han analizado los resultados de cinco grandes datos de cada provincia: el IRPF, el Impuesto sobre el Patrimonio, el Impuesto sobre Sucesiones, los impuestos sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y, por último, los impuestos propios de cada comunidad autónoma. Esas cinco primeras provincias se diferencian frente a las demás por sus buenas calificaciones en dichos datos del ranking.
A continuación, repasamos la lista de aquellas provincias con unos impuestos más bajos enumeradas de menor a mayor fiscalidad:
Destaca la posición de la Comunidad Autónoma de Madrid que se encuentra por segundo año en el primer lugar de la lista. La responsable del estudio constata que esta situación se produce pese a que no se ha llevado a cabo ninguna reforma fiscal. En Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, las tres provincias que componen la Comunidad Autónoma del País Vasco, tampoco se han emprendido cambios fiscales significativos. Lo que se ha incorporado a la normativa fiscal es que aquellos contribuyentes cuya renta bruta anual sea igual o inferior a 14.000 euros no tienen la obligación de tributar en el Impuesto sobre la Renta.
En las peores posiciones de esta lista están Aragón, la Comunidad Valenciana y Cataluña. Sobre la comunidad autónoma catalana, que ocupa la última posición, Cristina Enache asegura que “cuenta con el doble de impuestos autonómicos que las demás comunidades” a lo que se añade que “tiene grandes deficiencias en la estructura del Índice del Impuesto sobre la Renta, Patrimonio y en el Impuesto sobre Sucesiones”.
Tal como reza la introducción de este Índice Autonómico de Competitividad Fiscal, el estudio ofrece la posibilidad a los gobernantes, empresarios y contribuyentes de una comunidad concreta de “evaluar, medir y comparar su sistema fiscal con el de las demás”. El objetivo del análisis es “servir de guía” para que cada región tenga la opción de mejorar su sistema tributario con la finalidad de ser “lo más competitivo y atractivo” posible para empresarios y residentes.