Tomás Plaza, de 82 años, no podía imaginar cuando ingresó en la residencia pública Peñuelas de la Comunidad de Madrid en octubre de 2021 que su vida y la de su mujer dependiente se convertiría en un infierno en muy poco tiempo. El anciano ha denunciado las lamentables condiciones en la que viven en el centro y como respuesta ha sido amenazado con la expulsión por "conductas de grave violencia". "Nos dicen que es nuestra casa, ¡será nuestro cementerio, puñeta!", se lamenta en declaraciones recogidas por el 'El Plural'.
Tomás vive por decisión propia en el centro para cuidar a su mujer. "Yo estoy teóricamente bien, la que está inútil es mi mujer. Tiene Párkinson, está operada de la cadera, de todo... es superdependiente. Yo me vine a la residencia por ella", explica el hombre. "Pero desde que he llegado no he parado de sufrir, y de verla sufrir a ella. Existe un maltrato en el sentido de que mi mujer es capaz de tirarse una hora y pico llena de caca hasta las narices sin que nadie la haga caso. Por culpa de cosas como esta, estuvo ingresada en la UCI con una infección de orina", relata el residente.
La reacción del director general de Atención al Mayor y a la Dependencia de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social, Juan José García Ferrer, fue enviarle una carta en el que le achaca "varios altercados e incidentes propiciados por un comportamiento inadecuado, que comprende una actitud ofensiva y amenazante hacia los trabajadores del centro, con conductas de grave violencia".
La misiva le recuerda que el "incumplimiento de sus obligaciones como usuario" puede conllevar sanciones que pueden llegar al traslado temporal o expulsión definitiva, y se le 'invita' a marcharse "a otra residencia que disponga de plazas concertadas que crea que se ajusta más a su necesidad.
"Todo lo que he hecho ha sido protestar por lo que he visto mal", se defiende Tomás. "Sale el señor director general del Mayor y de la Dependencia, con una carta que da vergüenza. Ya le ha contestado mi hijo debidamente y yo traigo una carta de lo que le digo a él”. El anciano cree que si el responsable de las residencias de Madrid “tuviese dignidad” habría “dimitido ya”. “Porque él no puede atacar nunca a un residente donde tanto nos dice que es nuestra casa. ¡Será nuestro cementerio, puñeta! Es una auténtica mierda, con perdón de la frase”, concluye.
No es la primera queja que recibe este centro por las condiciones que soportan sus residentes. La Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias (Pladigmare) pidió en su día a la Comunidad de Madrid que interviniese, tras denunciar la falta de personal, la mala calidad de la comida y el calor, de más de 30 grados, que estaban pasando los residentes durante el verano.