Más de 430.000 personas cobran el subsidio de desempleo para mayores de 52, una tabla de salvación para los que agotan las prestaciones antes de llegar a la jubilación. El Gobierno y los sindicatos han firmado una reforma que amplía las cuantías, permite compatibilizarlo con el trabajo y establece un itinerario personalizado para la reinserción en el empleo. Así será el nuevo subsidio de desempleo que se pondrá en marcha a partir de noviembre.
El Gobierno y los sindicatos han firmado el acuerdo por el que modifican el subsidio de desempleo, el último recurso para los que agotan sus prestaciones contributivas. De todos los subsidios existentes (agotamiento de la prestación, cotización insuficiente, Renta Activa de Inserción y subsidios agrarios) el de mayores de 52 es el que recibe más gente, 430.000 personas en marzo de 2024, y ayuda a los desempleados de larga duración mayores de 52 años a alcanzar la pensión de jubilación.
Hasta ahora, los que tenían derecho al subsidio por desempleo recibían el 80% del Indicador Público de Rentas Múltiples (Iprem), 600 euros al mes en 2024, por lo que esta ayuda era de 480 euros. Cuando entre en vigor la reforma las cuantías subirán al 95% del Iprem en los primeros seis meses (570 euros al mes); al 90% en los seis meses siguientes (540 euros al mes) y seguirán cobrando el 80% actual el tiempo que dure la prestación.
Este es el subsidio que más cotiza a la Seguridad Social, el 125% de la base reguladora, y por tanto permite cobrar más pensión en el futuro. La propuesta de la ex ministra Nadia Calviño era bajar esa cotización al 100%, pero Podemos se negó, y ahora se ha conseguido mantener la actual cotización del 125%.
El acuerdo prevé la coordinación de la prestación con un itinerario personalizado de activación para el empleo, mediante la suscripción y seguimiento de un acuerdo de actividad por el SEPE, con la garantía de incorporación prioritaria en programas de reinserción.
La norma generaliza la compatibilidad del subsidio con el trabajo por cuenta ajena “con la percepción de un complemento de apoyo al empleo” por un tiempo máximo de 180 días, en una o varias relaciones laborales. La cuantía del subsidio que se podrá compatibilizar irá reduciéndose en función de la jornada del empleo realizado, desde el 80% del Iprem a jornada completa, al 60% si se trabaja menos del 50% de la jornada. Las cuantías están previstas para el primer trimestre y van bajando durante los siguientes trimestres.
Fuentes de la negociación explican que esta compatibilidad tiene aún algunos flecos pendientes. Los sindicatos señalan que el trabajador debe poder optar si recibe o no dicho complemento, porque gasta derechos de percepción de la prestación o el subsidio, de lo que debería estar informado el trabajador.
Cuando entre en vigor la nueva normativa no habrá que esperar un mes desde que se agote la última prestación hasta poder solicitar el subsidio, como ocurre ahora, pero si el subsidio se solicita seis meses después de que se tenga derecho al mismo, la solicitud será denegada.
El Gobierno quiere que la norma entre en vigor este año, pero no se sabe todavía qué instrumento legal escogerá el Gobierno para aprobar los cambios. Si se opta por un Decreto ley, su entrada en vigor sería inmediata, pero si se hace como proyecto de ley tardaría unos meses.
Las patronales no han firmado el acuerdo. En CEOE han lamentado que “no haya habido un proceso de negociación como tal, ya que el departamento de Díaz no proporcionó el texto hasta el mismo lunes por la mañana”.
La Confederación de la Pequeña y mediana empresa, Cepyme, también rechaza la reforma: “No concebimos ninguna reforma de los subsidios ni de la prestación de desempleo sin reformar las políticas activas y mejorar la empleabilidad de las personas desempleadas. Las empresas, especialmente de menor tamaño, dependen totalmente de los servicios públicos para encontrar trabajadores y están sufriendo en la actualidad graves problemas para encontrar trabajadores. La falta de mano de obra en las empresas está paralizando proyectos y producción y es incomprensible esta situación cuando tenemos un paro que supera los tres millones”.
Casi el 70% de los receptores de todos los subsidios tienen 50 años o más, y la gran mayoría 971.000, son españoles, el 92%.