La llegada de 2025 traerá novedades en lo que respecta a la edad a la que los trabajadores podrán jubilarse debido a la reforma de pensiones de 2013 que estableció el aumento progresivo de la edad legal de jubilación desde los 65 a los 67 años hasta 2027.
Para este año, el mínimo de edad exigido con el que se podrá acceder a la pensión completa será de 66 años y ocho meses cumplidos para los que acrediten un mínimo de 38 años y tres meses de cotización. En el caso de superar dicho requisito, los trabajadores que quieran jubilarse este año con el 100% de la pensión deberán tener cumplidos los 65 años. Lo que no cambió la reforma del 2013 es la cotización mínima para poder tener acceso a la pensión contributiva de jubilación, que se mantiene en al menos 15 años, dos de los cuales deben estar entre los 15 años anteriores a la jubilación.
Para aquellos que prefieren seguir trabajando en España, existe la jubilación con demora que no es otra cosa que la posibilidad de retrasar voluntariamente la edad de jubilación más allá de la edad legal establecida. La legislación permite que los trabajadores puedan optar por retrasar su jubilación y seguir trabajando más allá de la edad legal. Al hacerlo, los trabajadores pueden acumular un mayor número de años cotizados y, por lo tanto, aumentar su pensión de jubilación futura.
Aumentando el número de años cotizados a la Seguridad Social, se acumula derechos de pensión adicionales. Cada año adicional de cotización puede aumentar el importe de la pensión futura, ya que se toma en cuenta el número total de años cotizados y la base reguladora correspondiente.
Beneficios de retrasar la jubilación
Desde el 1 de enero de 2022, la jubilación demorada ofrece varios beneficios a aquellos trabajadores que deciden seguir trabajando:
Porcentaje adicional del 4% de la pensión por cada año completo cotizado después de cumplir la edad ordinaria. El trabajador lo recibirá cuando se jubile como un incremento porcentual correspondiente a la pensión que reciba cada mes durante el resto de su vida.
Cantidad fija por año cotizado, en función de los años que se haya cotizado cuando se llega a la edad de jubilación. Esta cantidad, que puede oscilar entre los 5.000 y los 12.000 euros aproximadamente, se recibe en el momento de jubilarse como un pago único cuando se accede a la jubilación. Es importante entender que cuantía de este cheque varía en función de los años de cotización.
Una combinación de las dos anteriores. El Gobierno acaba de aprobar un Real Decreto en mayo que completa la reforma de los incentivos de la jubilación demorada. “Regula una fórmula mixta que permite combinar los dos tipos de beneficios ya vigentes: un aumento porcentual de la pensión y la percepción de un pago único (“cheque”) en el momento de jubilarse. Aquellos que opten por esta nueva fórmula y que retrasen su jubilación entre 2 y 10 años, recibirán simultáneamente un incremento de su pensión del 2% por cada año de demora, y un pago único equivalente a la mitad del que le correspondería si optaran por la fórmula actual del pago único. Si retrasan la jubilación 11 años o más, el incentivo será de un pago único aplicado a 5 años del periodo demorado y un incremento del 2% de la pensión por cada año de demora”, aseguran desde Bankinter.
Flexibilidad laboral. Cuando un trabajador se acoge a la jubilación con demora, puede seguir trabajando en la misma empresa, en otra nueva o incluso hacerse autónomo. Esto les brinda la oportunidad de continuar en el mercado laboral de acuerdo con sus intereses, habilidades y gustos.
Ventajas para las empresas. Aquellas compañías que accedan a mantener a sus empleados más allá de la edad legal de jubilación quedan exentas de abonar sus cotizaciones sociales por contingencias comunes, excepto en el caso de que el trabajador tenga una incapacidad temporal. En este caso, si el trabajador ha cumplido los 62 años, la empresa puede reducir un 75% la cotización durante la situación de incapacidad temporal.
Cómo acceder a la jubilación con demora
Cualquier trabajador, ya sea por cuenta ajena o propia, puede acceder a la prolongación de la vida laboral bajo esta modalidad. Se debe haber alcanzado la edad de jubilación legal establecida en el momento en que decidas retrasar tu jubilación, al igual que haber cotizado un mínimo de 15 años a la Seguridad Social. Estos años de cotización no necesariamente tienen que ser consecutivos.