Tras las recomendaciones del Pacto de Toledo llega la polémica reforma de las pensiones en la que trabaja el Gobierno desde hace tiempo y en la que gran parte de la población tiene el ojo puesto, o bien por cómo puede afectar a la pensión que ya cobran o bien por cómo podrá alterar a su prestación futura. Uno de los cambios que se barajan está en la pensión de viudedad, una cuantía que reciben más de dos millones de personas en España para asegurar y proteger a las familias por el fallecimiento de una de las personas que originaban ingresos en el hogar. Unos cambios para esta prestación que podrían ir en línea con la pensiones de viudedad que hay establecidas en otros países europeos.
Cada país tiene sus propias medidas, por ejemplo en España la pensión de viudedad puede compatibilizarse con otras, como la de jubilación. Esto es algo que no ocurre en el resto de Europa. Los nórdicos son, probablemente, los más restrictivos, pues la pensión de viudedad es temporal e incluso en muchas ocasiones no es compatible con la de jubilación. En otros países son menos restrictivos, pero más duros que España, como en Alemania, donde hay ocasiones en las que se puede compatibilizar con otras prestaciones o con las rentas de trabajo siempre que no se superen ciertos límites de ingresos económicos.
Cabe recordar que la pensión de viudedad surgió en una época en la que las mujeres tenían muy restringido su acceso al mundo laboral y "su trabajo" estaba en casa. Por ello, la eliminación total de esta prestación podría dejar a gran parte de las mujeres sin una pensión contributiva. Por eso mismo, la posible reforma que podría poner sobre la mesa España es más semejante a la de países como Alemania que a la que tienen vigente los nórdicos.
"La reforma integral de la viudedad pasa por acomodar la configuración de la pensión a las nuevas realidades sociales y familiares, así como a las circunstancias socioeconómicas de los beneficiaros, a fin de mejorar la protección de los pensionistas sin otros recursos, y de adecuar la protección de los colectivos menos vulnerables". Estas son algunas de las palabras que se recogen en la evaluación del Pacto de Toledo en lo referente a la pensión de viudedad, dejando claro que en ningún momento esta prestación va a desaparecer, pero sí se podría adecuar a determinadas circunstancias.
En todo caso, la clave principal sería mejorar aquellas pensiones de viudedad que son la principal fuente de ingresos para una persona o familia. Mientras tanto, esta pensión podría pasar a ser temporal cuando la persona beneficiaria tenga edad para continuar en el mercado de trabajo, de esta manera podría incentivarse el continuar en el mundo laboral hasta llegada la edad de jubilación. En todo caso, parece que la pensión de viudedad sí que seguiría siendo vitalicia en caso de haber llegado o superado la edad de jubilación.
"La acción protectora debe concentrarse en las personas beneficiarias de la pensión de viudedad de 65 o más años, cuya pensión constituye su principal fuente de ingresos", recoge el texto, que también alega "suprimir todo discriminación injustificada" que exista para aquellas personas en las que no haya un vínculo matrimonial anterior.