Hasta ahora, quien más quien menos esperaba que con la pensión que le quedase, podría uno vivir dignamente después de la jubilación. Se hacía un plan de pensiones quien quería y, sobre todo, quien podía. Ahora, las recomendaciones del Pacto de Toledo hacen pensar que los planes de pensiones de empleo, aquellos acordados con la empresa con aportaciones de ambas partes, serán casi tan comunes como las cotizaciones.
En este artículo de la serie sobre la reforma de las pensiones tratamos el tema de los planes complementarios de ahorro. ¿Qué son los planes de pensiones de empleo que propugna el Gobierno? ¿Serán obligatorios? ¿Cuánto me van a retener? ¿Cómo funcionan? ¿Cuándo se pondrán en marcha? Hemos pedido a los expertos que nos den su opinión sobre si estos planes son una buena receta para mejorar el sistema de pensiones.
La mayoría de los sistemas de pensiones europeos se sustentan en tres pilares: una pensión pública; un plan de ahorro de empleo, acordado entre la empresa y el trabajador; y un tercer pilar de ahorro voluntario privado. Pero en nuestro país lo fiamos todo a la pensión pública y ahorramos poco. En España hay 8,5 millones de personas que tienen distintos planes de pensiones o de jubilación, tan solo el 20% de la población. De ellos solo el 2% son planes de pensiones de empleo, el resto son planes individuales.
Nuestro sistema de pensiones está un tanto cojo, y los planes de pensiones individuales existentes son "un producto muy caro, regresivo y que no cumplen el objetivo de generar un aumento de ahorro neto, que es el objetivo de la desgravación fiscal", según manifestó el ministro de la Seguridad Social, Jose Luis Escrivá, en comparecencia parlamentaria.
Establecer nuevos modelos de ahorro complementario permite planificar la jubilación de una manera más flexible. Con un colchón de ahorro, uno puede escoger anticipar o retrasar la jubilación más cómodamente. Si dependes sólo de la pensión de la Seguridad Social, es más difícil. Por otra parte, tener este tipo de planes garantiza que la cuantía de la pensión futura sea similar al salario que tenías cuando estabas en activo.
La recomendación 16 del Pacto de Toledo, al hablar del ahorro complementario, califica de "insuficiente e insatisfactorio" el recorrido que estas fórmulas han tenido hasta la fecha. La Comisión subraya "la necesidad de impulsar, de forma preferente, los sistemas sustentados en el marco de la negociación colectiva, de empleo... y que prioritariamente habrán de ser sin ánimo de lucro.
Los planes de pensiones de empleo son planes de pensiones que las empresas ponen a disposición de los trabajadores para que, de manera voluntaria, tengan un complemento a su pensión pública cuando se jubilen. Las condiciones de estos planes se acuerdan en la negociación colectiva. Se pueden establecer distintas fórmulas, pero lo habitual es que se establezca un porcentaje del salario, entre un 2% y un 4%, y una parte lo pague la empresa y otra el trabajador.
La idea del Gobierno es crear en el plazo de un año, un fondo de pensiones de empleo de carácter abierto y voluntario para empresas y trabajadores, incluidos los autónomos. Según el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, el Gobierno se inclinaría por "emular el sistema de Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) implantadas en el País Vasco con más de 20 años de experiencia y gracias al cual medio millón de trabajadores vascos tienen uno de estos planes de empleo" explicó Arroyo en rueda de prensa.
Este fondo tendrá comisiones, según el Ministerio, inferiores al 0,4%, y estará especialmente pensado para "dar cobertura a trabajadores autónomos, planes sectoriales y pymes" y habrá "libertad para entrar y salir del fondo", informaba Arroyo.
El Gobierno ya ha decidido desincentivar los planes individuales de pensiones. Según los Presupuestos presentados, el máximo a desgravar en la Declaración de la Renta en los planes individuales se reduce de 8.000 a 2.000 euros. A cambio, se eleva el límite conjunto para aportar a un plan individual y uno de empresa a los 10.000 euros.
El mundo financiero se ha quejado por la medida prevista en los Presupuestos, y exige mantener las ventajas fiscales de los planes de pensiones. En su opinión, el sistema individual seguirá siendo necesario e imprescindible para todos aquellos que, como los autónomos o los trabajadores de las pymes, no puedan acceder al sistema de empleo por no estar las reformas desarrolladas.
Los defensores de la economía social sostienen que hay que fortalecer el sistema de reparto, ya que consideran que el nivel de los salarios españoles y la temporalidad en el empleo no permiten a una gran parte de la población generar ahorro suficiente que se pueda dedicar a la jubilación.
La intención del Gobierno está clara: primar los planes de pensiones de empleo sobre los planes individuales de pensiones. En principio serán voluntarios, pero la idea es ir calando en empresarios y trabajadores la necesidad de establecer estos planes para complementar nuestras pensiones en el futuro. Pero ¿qué opinan los expertos?
Para Enrique Devesa, doctor en Economía por la Universidad de Valencia, "hay que favorecer el ahorro sea cual sea el método elegido. Se deberían mejorar los planes de empleo, pero sin modificar el tratamiento fiscal de los planes individuales".
El profesor del IESE Javier Díaz-Giménez, también es partidario de sistemas complementarios de ahorro, pero "no priorizo los planes de pensiones de empleo sobre los privados. Me gustan los dos".
El presidente del Instituto BBVA Pensiones, Jose Antonio Herce no entiende "por qué hay que priorizar los planes de empleo a los individuales. El ahorro previsional por la vía de planes individuales es el pilar III y en todos los países en los que existen se le trata en igualdad de condiciones respecto al pilar II (planes de empleo). Lo que sí se hace en muchos países es que los planes del pilar II tienen bonificaciones fiscales adicionales por parte del gobierno que los planes del pilar III no tienen por definición".
Santos Ruesga, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid tampoco está a favor de priorizar planes individuales frente a planes de empleo. "No veo ningún argumento. Los trabajadores pueden ahorrar para su jubilación o para lo que quieran sin que sea una generación de activos financieros subvencionada. Ni uno ni otro. Libremente los trabajadores pueden concertar con las empresas sistemas de ahorro colectivo, que les parezcan oportuno generando rentas diferidas. Pero lo prioritario es que el sistema público de pensiones otorgue prestaciones suficientes para garantizar un nivel de vida mínimo a los beneficiarios, para lo que hay un mecanismo compulsivo de ahorro, como son las cotizaciones a la Seguridad Social actuales".
El catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, Sergi Jiménez, sí ve conveniente primar los planes de pensiones de empleo. "Estoy totalmente de acuerdo, aunque la idea es que sean ocupacionales, ligados al individuo y plenamente transportables entre los distintos trabajos".
Carlos Bravo, secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, es contundente: "Llevamos años diciendo que los sistemas individuales son una mera optimización de la contribución fiscal del siguiente año y no verdaderos sistemas de previsión social complementaria. Desde 2015 al darles además liquidez a los 10 años, a partir de 2025, la desnaturalización es absoluta. Los únicos sistemas de previsión social complementaria que pueden generalizar ésta entre la población son los de empleo, si bien chocan con la existencia de salarios bajos, precariedad y rotación, alta temporalidad y resistencia empresarial a financiarlos en una buena parte de nuestro mercado de trabajo", explica Bravo.
Para José Luis Tortuero, catedrático de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Complutense de Madrid, "sin duda hay que potenciar los sistemas complementarios vinculados a la actividad laboral. Lo complejo es buscar una fórmula que sea universal. Las incentivaciones y desincentivaciones deben realizarse una vez construidas las estructuras de implantación. Con muchos matices, hoy son tan privilegiados los que pueden acudir a fondos individuales incentivados, como los que tienen planes vinculados a grandes empresas" concluye Tortuero.