El acuerdo entre Gobierno patronales y sindicatos para la primera parte de reforma de las pensiones está cerrado y se anuncia a bombo y platillo como el camino a seguir para sanear el sistema. Pero lo cierto es que se han acordado las medidas más amables para el ciudadano, dejando para más adelante las más "traumáticas". Entre tanto ruido se han contado verdades y mentiras que vamos a desvelar.
Es cierto. La reforma vincula la subida de todas las pensiones al IPC, con lo que subirán lo mismo que los precios. Además, la pensión no bajará en caso de años con inflación negativa.
Sí. Tu pensión aumentará un 4% por cada año que trabajes de más, es decir, demorando tu jubilación. Si tienes menos de 37 años cotizados la subida puede ser del 6% al año. Además, puedes cobrar este coeficiente adicional en un pago único de hasta 11.000 euros, aunque los sindicatos no aconsejan esta fórmula, ya que "la cuantía percibida a tanto alzado resulta bastante inferior (entre un 40 y un 60% más bajas, según los casos) que la que se estima se percibirá en forma de renta vitalicia".
Sí. Este derecho estaba reconocido desde 2007, pero hasta ahora había muchas pegas para concederle la pensión de viudedad a la pareja de hecho. Ahora será más sencillo, y el proceso se recorta a un plazo de 6 meses.
Esa es la idea. Comenzará a ponerse en marcha en 2023 y se implantará progresivamente durante los siguientes nueve años. Se permitirá que los autónomos con menores ingresos reduzcan la cuota que pagan a la Seguridad Social, y se incremente la de quienes tienen más ingresos.
Es verdad. Si te faltan unos meses para cumplir con el tiempo requerido para acceder a la jubilación anticipada ahora también cuenta el servicio social femenino. Hasta ahora sólo contaba haber hecho la mili. Lo difícil es encontrar los papeles que certifiquen tu paso por el servicio social.
Aunque Gobierno y sindicatos dicen que se deroga el factor de sostenibilidad de la reforma de 2013, es una afirmación tramposa. Lo que pasa es que se va a sustituir por el factor de Equidad Intergeneracional, otro mecanismo que reducirá las pensiones con toda seguridad. Al menos, las nuevas pensiones.
Es falso. Lo que pasa es que la reforma está planteada en dos fases, y el acuerdo alcanzado ahora deja para más adelante las dos medidas que recortarán las pensiones futuras, el Factor de Equidad Intergeneracional, y la ampliación del periodo de cálculo. El primero vinculará la pensión a la esperanza de vida y a otros factores. El segundo reformulará los años cotizados que se tienen en cuenta para calcular la pensión. Las dos medidas recortarán la mayoría de las pensiones.
Se está repitiendo hasta la saciedad, pero tampoco es cierto del todo. En la jubilación anticipada voluntaria se aumentan los coeficientes de los meses 24 y 23 de anticipo. A cambio se mejoran los de los meses 22 en adelante. De modo que si retrasas la jubilación dos meses, te jubilas con una pensión más alta que la que hubieses tenido con las reglas anteriores.
Además mejoran las condiciones de los "falsos voluntarios", aquellos que han perdido involuntariamente el empleo, pero por causas que antes no daban derecho a la jubilación involuntaria. Antes se les aplicaban las reglas de la modalidad voluntaria (más exigentes y con coeficientes reductores más altos). Ahora se les garantiza la aplicación de la modalidad involuntaria de forma total o parcial, según los casos, pero siempre mejoran con respecto a la situación anterior.
El falso. La actual reforma no da solución al problema del Baby boom, 10.000.000 de personas a las puertas de la jubilación y con pensiones más altas que las de ahora. Ahora hay más de 3 trabajadores por pensionista, en 2050 apenas habrá 1,5 trabajador por cada pensión. Si bien hablar de la economía a 30 años vista es aventurado, sabemos a ciencia cierta que de aquí a 2050 el gasto en pensiones aumentará más del 4% del PIB. Pero el resultado de las contramedidas, (aumento de la productividad, prolongación de la vida laboral, aumento de la emigración o de la natalidad, subida de la aportación del Estado...) no son tan contundentes.
No. Si bien la Seguridad Social ha equilibrado sus cuentas es a costa de pasar unos 15.000 millones de euros de sus gastos al Estado. Se tendrán que pagar de otra forma. Y además, esta medida sólo supone afrontar la mitad del incremento de financiación adicional que necesitará nuestro sistema de pensiones para el año 2050.