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La heredera que regaló su fortuna a 50 desconocidos que hacían el bien en el mundo

"Si los políticos no hacen su trabajo y no redistribuyen la riqueza, entonces tendré que redistribuir yo misma la mía". Con esas palabras la austriaca Marlene Engelhorn, de 32 años y descendiente del fundador de una de las mayores empresas químicas del mundo, escenificaba a principios de este año su firme propósito de deshacerse de una enorme fortuna. Concretamente, de 25 millones de euros. La gran pregunta era cómo hacerlo apropiadamente.

Para ello, la nieta de Friedrich Engelhorn, fundador de BASF, trazó un plan que parecía sacado de la libreta de ideas de Willy Wonka. Envió invitaciones a 10.000 ciudadanos austriacos de entre 16 y 50 años elegidos al azar para formar parte de un experimento del que saldrían 50 elegidos que conformarían una especie de consejo ciudadano: el grupo 'Guter Rat für Rückverteilung', que se podría traducir como 'Buen Consejo para la Redistribución'.

Las normas del Buen Consejo para la Redistribución

La importante misión de ese grupo que incluía a estudiantes universitarios, profesores, contables, inmigrantes y jubilados era ponerse de acuerdo en cómo destinar esos 25 millones al desarrollo de la sociedad. Engelhorn no tendría ni voz ni voto en el resultado de los debates, pero había ciertas normas: el dinero no podía entregarse a grupos o individuos “inconstitucionales, hostiles o inhumanos”, ni invertirse en instituciones con fines de lucro o partidos políticos. Los propios miembros del Buen Consejo añadieron otra regla, que no se lo quedarían para sí mismos.

Los 50 miembros se dividieron en seis grupos: educación, vivienda, medio ambiente, salud, derechos y política económica. Cada uno de ellos recibiría un máximo de cuatro millones de euros para financiar proyectos y organizaciones. El consenso no requería una aprobación unánime, solo que nadie estuviera en desacuerdo. Aunque se temían acalorados debates sobre a qué destinar la fortuna, el único conflicto real surgió en el grupo de educación, cuando estalló un debate entre los once miembros sobre si se debía enviar dinero a Wikipedia. Al final se acordó darle a la organización 50.000 euros, una parte muy pequeña del total.

Las organizaciones agraciadas

Después de seis fines de semana de deliberaciones en Salzburgo, escuchando a expertos en economía, filantropía y filosofía, el Buen Consejo eligió a 77 organizaciones que recibirán la fortuna de Engerhorn en los próximos años, según informa 'The New York Times'. Cada organización percibirá una cantidad que oscila entre 40.000 euros y 1,6 millones de euros. Entre los agraciados figuran el laboratorio de ideas de izquierda Momentum; Attac Austria, organización que se opone a la política económica neoliberal; la organización social World Inequality Lab; organizaciones climáticas y varios grupos que trabajan por los derechos humanos.

Los propios integrantes del consejo recibieron una retribución de 1.200 euros por cada uno de los fines de semana trabajados, de modo que los gastos de Engelhorn en todo el proceso representaron más del 90% de su riqueza. "Me quedo con una pequeña cantidad para los gastos diarios y la transición a trabajar para ganarme la vida", explicó la joven heredera, que es consciente de que por mucho que el contenido de su cuenta bancaria se haya reducido ella seguirá manteniendo una posición privilegiada.

Abanderada del movimiento 'Taxmenow'

Engelhorn lleva tiempo abanderando el movimiento 'Taxmenow' para promover una mayor imposición fiscal a los muy ricos y políticas fiscales que aborden la desigualdad económica estructural. "He heredado una fortuna y con ella un poder, sin haber hecho nunca nada para merecerlo. Y el estado -austriaco- ni siquiera quiere que pague el impuesto de sucesiones", sostenía la multimillonaria y activista.

Como integrante también de la organización Millionaires for Humanity y Proud to Pay More (Orgullosos de Pagar Más), Marlene fue una de las 260 personas multimillonarias del mundo que en enero firmaron una carta dirigida a los líderes políticos y empresariales que asistieron a la última edición del Foro de Davos, en Suiza. La misiva apoyaba la imposición de impuestos más altos sobre la riqueza y advertía de que la extrema concentración de esta es "una amenaza para la democracia".

Tras desprenderse de la mayor parte de su fortuna y “convertirse en una de tantas”, Engelhorn ha asegurado que seguirá luchando por un reparto más equitativo y justo de la riqueza en su país.