En cualquier ámbito de la vida, ya sea en el trabajo, la familia o las relaciones, la autoestima nos ayuda a tener más confianza en nosotros mismos y a estar más seguros de nuestras decisiones. En el ámbito laboral se mide en relación a lo que una persona cree que hace y lo que debería hacer. No está relacionado con el conocimiento, la capacidad o las opiniones de los demás, sino con el sentimiento que uno tiene sobre su propio trabajo. Por tanto, si considera que su trabajo no es lo suficientemente bueno su autoestima disminuirá y eso terminará afectando a la calidad y cantidad de su labor.
Por supuesto, una alta autoestima laboral del empleado redunda también en beneficio de la empresa. De un adecuado nivel de autoconfianza surgen actitudes positivas y proactivas hacia las tareas y el entorno del trabajo. Percibirse a uno mismo como un trabajador competente le permite realizar una labor de mayor calidad e incluso asumir nuevos retos.
Y, en el lado contrario, una empresa que no fomenta la autoestima de sus empleados, sino que impone cargas de trabajo excesivas, demanda exigencias contradictorias y lanza mensajes confusos dará lugar a pensamientos negativos y limitantes del tipo "todo lo hago mal" o "no sirvo para nada". Un ambiente laboral en el que el empleado no está cómodo hace que aumente su inseguridad, que se reduzca su compromiso con la compañía y el proyecto y que, finalmente, opte por buscar otro trabajo en el que sentirse más valorado.
Pero más allá de la responsabilidad de las empresas en promover el desarrollo personal y las habilidades de los empleados, es importante que cada uno de ellos trabaje su autoestima y confianza en el entorno laboral de forma individual. En ese sentido, los expertos de TherapyChat nos ayudan a reforzarnos con estos consejos.
Debes creer realmente en tus capacidades y estar seguro de que te aplicas puedes aprender o hacer casi cualquier cosa. Modifica tus pensamientos limitantes por otros positivos del tipo "si me lo propongo, lo consigo" en lugar de "nunca alcanzo mis metas". Para ello se necesita un ejercicio de autoconciencia, por lo que hábitos como la meditación o el ejercicio físico pueden ayudarte.
Apunta todos tus logros pasados y prioriza aquellos momentos en los que conseguiste tus objetivos. Si has obtenido el puesto que ocupas no es por casualidad. Tiene ciertas cualidades que te hacen apto para el trabajo. No infravalores tus capacidades.
Procura desechar esos razonamientos del tipo 'si hago algo bien, soy un genio y si hago algo mal soy un perdedor'. Este tipo de generalizaciones son propias de una visión de la vida en blanco y negro que no se ajusta a la realidad. Además, no debes culparte en exceso por los fallos; recuerda que cometer errores es humano.
Ten más autoconfianza en tus propias capacidades. Ignora también las críticas destructivas que solo buscan hacer daño. Las críticas constructivas, en cambio, sí pueden ayudarte a crecer en el mundo laboral. Aprender a gestionar las opiniones de los demás es esencial para mantener la motivación.
Ponte unas metas nuevas pero accesibles y lucha por alcanzarlas. No hay forma de mantener un trabajo sin una predisposición de flexibilidad y adaptación al exigente y voluble mercado laboral. No dejes de formarte y sigue adquiriendo los conocimientos necesarios para realizar tu trabajo. No dejes de aprender de cara a afrontar nuevos retos profesionales.