España es un país de bares. En cada esquina hay uno que nos deleitará con aquello que nuestro paladar desea. Pero repetir o no en uno de ellos depende de muchos factores, entre ellos la comida, la calidad y, sobre todo, el servicio, especialmente por parte de los camareros. Ellos son el valor de cualquier restaurante y la experiencia es clave para ofrecer la mejor atención posible al cliente. Eso lo sabe bien Kim Díaz, dueño de cinco locales de hostelería en Barcelona que hoy hace un casting para su nuevo restaurante italiano que abrirá en mes y medio. ¿El requisito para ser camarero? Deben ser mayores de 50 años.
Todo el que se presente a la oferta para completar la plantilla debe acreditar su trayectoria, pero todos deben ser mayores de 50. ¿Por qué? Porque son los que mayor profesionalidad y vocación cuentan por la hostelería.
Lo cierto es que no es la primera vez que el empresario encarga una convocatoria similar, pues en 2015, cuando abrió un local de bocadillos, hizo lo mismo, contratando a ocho camareros con experiencia y mayores de 50. Ocho años después, el establecimiento sigue funcionando a pleno rendimiento con tres trabajadores que siguen con él después de ver como otros se jubilaban.
“Empezaba a enfilar la década de los 50 y pensaba que resultaba muy triste que se descartara a personas válidas simplemente por considerarlas mayores”, explicaba hace unos días Díaz a la Cadena SER. “En el trabajo de sala está claro, la experiencia y la veteranía es un siempre un grado”, afirma rotundamente. Una oportunidad, sostiene, que permite que vuelvan a brillar “porque son profesionales que cuidan al cliente y eso lo demuestran todos los días”.
La idea del hostelero es trabajar con camareros que llevan toda la vida trabajando en restaurantes. “Ya quedan pocos”, argumenta a la COPE, señalando como muchos de ellos, sin trabajo, se encuentran en un mercado en el que no se les valora ni se les contrata. Y era con eso con lo que quería acabar para poner en valor la experiencia, la vocación y los valores por el oficio.
Pronto sabrá el resultado de la convocatoria de hoy. La de 2015 fue todo un éxito, se presentaron 89 personas para ocho puestos y al final fue muy complicado quedarse solo con esos empleados “y no poder ofrecer más trabajo, porque hubo muchísima calidad”, reconoce.