Dice mi hijo que quiere ser notario. Todo empezó cuando bien pequeño nos acompañó a firmar la compra de la casa y la hipoteca del banco. Quedó fascinado por el moderno despacho de techos altos y suelos crujientes de la notaría y por el trabajo del notario que a sus ojos parecía bien sencillo: tras reunirnos en una sala, entrar y saludar cortésmente, leyó unos documentos para después firmarlos e irse por donde había venido. En Uppers hemos comprobado qué hay que estudiar para ser notario y cuánto se cobra. En septiembre próximo ese niño ya crecido empieza primero de Bachillerato y debe tener bien claro el camino a seguir para cumplir con su sueño de ser notario.
El notario es un profesional del derecho y tiene la función de “dar fe pública a los actos jurídicos que se llevan a cabo en su presencia”. De este modo, proporciona seguridad jurídica a los ciudadanos porque tiene potestad para aprobar y decidir la autenticidad de un acto. Es lógico que para ejercer la profesión debe contar con un profundo y exhaustivo conocimiento de su campo de actuación. Se trata de una función pública con lo cual es el Estado quien convoca unas oposiciones que hay que superar para entrar a formar parte del Cuerpo de Notarios.
El 6 de febrero de 2023 la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública informó a través del BOE la convocatoria de 100 plazas para el Cuerpo de Notarios del Estado a través de una Oposición Libre para obtener el título de Notaria o Notario. De esas plazas, el 10% como máximo se reservaron para personas con discapacidad.
Los interesados podían inscribirse en esta convocatoria presentando una instancia desde el 14 de febrero hasta el 28 de marzo de 2023. Unos meses más tarde, el 12 de septiembre pasado, se celebró el primer ejercicio de la oposición en el Colegio Notarial de Cataluña en Barcelona. En esa ocasión se presentaron 796 aspirantes para optar a las 100 plazas convocadas.
Cada uno de estos aspirantes cumplió una serie de requisitos mínimos para opositar a notario:
Un notario da fe pública a diversos actos jurídicos, por tanto, debe haber adquirido un conocimiento profundo de múltiples áreas de su competencia. Principalmente, su función es asegurarse de que todas las partes que van a firmar un documento o un contrato entienden todos sus puntos y acuerdos y están de acuerdo con ellos. Por ejemplo, en la firma de una hipoteca para comprar una casa el notario revisa las condiciones del préstamo con el cliente de la entidad bancaria y verifica que las comprende a la perfección.
En líneas generales, como profesional en el ámbito del Derecho, las funciones de un notario son:
De esta forma, los ciudadanos solicitan los servicios de un notario a nivel particular o como responsables o representantes de una empresa para la elaboración de un testamento, donar unos bienes, llevar a cabo una operación de compraventa de un bien, celebrar una boda o constituir una pareja de hecho, poner fin a un matrimonio, crear o disolver una sociedad mercantil, formalizar un préstamo o un crédito, dar fe de una trasmisión de acciones o de participaciones de una sociedad, entre otros cometidos.
Por todo ello, en las oposiciones a notario el aspirante ha de demostrar que tiene un conocimiento detallado de prácticamente todas las ramas del derecho: civil, fiscal, mercantil, hipotecario, notarial, procesal, foral, internacional privado o administrativo.
La oposición se compone de cuatro ejercicios:
A la vista está que esa preparación implica muchos años de estudio. Además, tras presentarse, la obtención de una plaza de las convocadas, no solo depende de aprobar. En el caso de las 100 plazas convocadas en 2023 solo consiguieron una plaza las cien mejores puntuaciones entre los casi 800 aspirantes que se presentaron.
De todos los empleos públicos españoles, la profesión de notario es la que está mejor retribuida. El salario parte de un mínimo marcado por la ley que es la base, pero a partir de esta y a diferencia del resto de profesionales públicos, a dicha base se le pueden sumar ciertos complementos. De este modo, la nómina aumenta en función del número y tipo de documentos que se firmen y del precio de los aranceles notariales o de la notaría en la que desarrollen su actividad.
Según algunas estimaciones publicadas un notario podría ganar un salario bruto anual superior a los 150.000 euros, es decir, unos 12.500 euros mensuales, aproximadamente. El cálculo es una estimación en función de los diferentes honorarios notariales, ya que la firma de escrituras y poderes en general suele costar unos 30,05 euros; un poder notarial para un pleito unos 15,02 euros; un acta unos 36,05 euros; un testamento unos 30 euros, que es la misma cantidad que unas capitulaciones matrimoniales o una escritura de subrogación de un préstamo hipotecario; o la constitución de una sociedad con capital inferior a los 30.000 euros unos 150 euros.
A esa cantidad inicial de 150.000 euros brutos anuales de salario habría que restarle los gastos por el alquiler o la compra del despacho, los del equipo de trabajo y los suministros, entre otros.