Cada vez es más habitual encontrarnos a trabajadores que sufren el síndrome del 'burnout', un tipo de estrés laboral crónico producto de un ambiente laboral demasiado exigente que se manifiesta en un empleado agotado física y mentalmente. Pero en la oficina tampoco es raro hallar justo lo contrario, es decir, personas desmotivadas y altamente aburridas de su labor, generalmente debido a la falta de desafíos y a una sensación de estancamiento.
Hablamos del 'boreout', el síndrome de estar crónicamente aburrido en el trabajo, y se refiere a un tipo de agotamiento que surge al repetir una tarea que uno siente que no tiene sentido ni utilidad y para la que se ha perdido toda motivación. Lo que se suele llamar calentar la silla. Fue descrito por primera vez por los suizos Philippe Rothlin y Peter R. Werder en 2007, quienes definieron tres características esenciales: infraexigencia, aburrimiento y desinterés. Se trata de un síndrome muy extendido que llega a afectar a más del 60% de los trabajadores, de los cuales el 65% son mujeres, según datos de un reciente estudio francés.
Este languidecer en el trabajo se traduce en síntomas como la sensación constante de fatiga mental, irritabilidad, falta de concentración, aislamiento social o indiferencia ante las tareas de la empresa, lo que resulta en una baja productividad y compromiso. Si la situación se cronifica, el 'boreout' puede conducir al despido de la organización, tanto por iniciativa propia del empleado como por decisión de la empresa. Por lo tanto, saber reconocerlo si se sufre es clave para intentar cambiar las cosas.
Las razones por las que podemos ser víctima del 'boreout' son varias. La naturaleza del puesto de trabajo es aburrida y las actividades laborales son sumamente repetitivas. Habitualmente no plantea ningún desafío al trabajador, ni demanda una formación adicional. El empleado siente que sus capacidades están infrautilizadas. Para colmo, tampoco suele haber posibilidad de ascenso.
Por otra parte, suelen ser trabajos poco reconocidos por la empresa, lo que provoca que el trabajador se desmotive por falta de estímulos. Además, la cultura del presentismo laboral, la creencia de que hay que estar en la oficina o frente al ordenador aunque no haya nada que hacer tampoco ayuda.
No siempre es posible, pero en ocasiones es posible darle una vuelta al trabajo más aburrido para volverlo más divertido y desafiante. Las siguientes claves pueden ayudar a combatir el 'boreout':