Se prevé un aluvión de prejubilaciones en otoño: guía de experto para saber negociar con la empresa

  • La anunciada redacción de un renovado Estatuto de los Trabajadores y la crisis del Covid 19 abonan las condiciones para que las compañías preparen ajustes de plantilla

  • Estas son las claves para que la negociación con la empresa no se convierta en un caramelo envenenado

Las empresas están empezando a hacer números para tapar el enorme agujero que la crisis del Covid 19 está dejando en sus balances. El ajuste de plantillas es la medida que más ahorro produce a corto y medio plazo, y en estas situaciones, los trabajadores de más edad están siempre en el punto de mira. Los ERTEs han impedido hasta ahora una destrucción de empleo sin precedentes, protegiendo a 2,9 millones de personas. La ley impide a las compañías acogidas a un ERTE por Covid-19 despedir a sus trabajadores hasta seis meses después de reiniciada la actividad, pero algunos expertos consultados consideran que se trata solo de un compás de espera. "Estos últimos días muchas empresas nos están pidiendo información sobre los instrumentos que hay para desvincular a sus empleados de mayor edad. Con la crisis del coronavirus se van a tener que ajustar plantillas sí o sí, y los acuerdos de prejubilación son una medida poco traumática tanto para el trabajador como para la empresa", comenta Rosa Farré, actuaria con 20 años de experiencia en la gestión de acuerdos de prejubilación.

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha desvelado en varias ocasiones su intención de endurecer las jubilaciones anticipadas y de establecer nuevas medidas para intentar que los trabajadores continúen en el mercado laboral durante más tiempo. Hoy la edad real de jubilación sigue estando casi un año por debajo de la edad legal. Es este contexto, muchas empresas se están planteando ahora rejuvenecer las plantillas, y no esperar a que las condiciones de despido sean más onerosas dentro de unos meses.

Prejubilación vs. jubilación anticipada

Antes de continuar hay que aclarar que prejubilación y jubilación anticipada son dos conceptos distintos. En la prejubilación, el trabajador pasa al desempleo tras un acuerdo con la empresa. En función del acuerdo alcanzado, el trabajador recibe una cantidad de dinero determinada que complementa su prestación por desempleo hasta el momento en que pueda acogerse a la jubilación anticipada o a la jubilación ordinaria.

En la jubilación anticipada el trabajador accede a la pensión de jubilación a una edad más temprana de la legal sufriendo una merma de su pensión por cada año en que se jubile antes de tiempo. La jubilación anticipada está sujeta a la normativa de la Seguridad Social, y para acceder a ella debes cumplir unos requisitos de edad y años cotizados.

¿Una alternativa en auge?

La consultora en gestión de Recursos Humanos Mercer acaba de presentar Estudio de Mercado sobre Desvinculaciones 2020, donde se señala que "muchas de las empresas que hasta ahora han aplicado medidas de jubilación parcial a trabajadores mayores de 61 años, se están decantando por este otro mecanismo debido a las modificaciones legislativas que han ido penalizando su uso. Por esta razón, ha aumentado la aplicación de esquemas de prejubilación para personas mayores de 60 años. De media, las empresas aplican estos planes de prejubilación a sus empleados entre los 57 y los 63 años, que perciben entre un 75% y un 80% de su salario neto".

Las prejubilaciones que se avecinan no son fruto sólo de la crisis del coronavirus, la pandemia, si acaso, profundiza una tendencia que ha generado casos como los del Banco Santander, Telefónica, Iberia, Caixabank o Navantia, donde más de 15.000 trabajadores mayores de 50 años han sido prejubilados en 2019. Este año ya han anunciado ajustes de plantilla vía prejubilaciones o jubilaciones anticipadas Ford, Renault, Endesa, AENA y Boeing entre otras.

Para Carlos Bravo, secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO "aún es pronto para saber si muchas empresas van a despedir a sus trabajadores y cuántas se decantarán por EREs o prejubilaciones. En todo caso expulsar del mercado laboral a una persona con cincuenta y pocos años, cuando la esperanza de vida está en más de 80, es un contrasentido. Primeramente, el país no se puede permitir perder a estos trabajadores que generalmente tienen altas cotizaciones a la Seguridad Social. Y ahora menos que nunca, cuando necesitamos a la mayor cantidad posible de personas trabajando para sostener nuestras políticas de bienestar ante la llegada a la jubilación de las generaciones del Baby Boom", explica Bravo.

A la hora de estudiar una oferta de prejubilación hay que tener en cuenta que generalmente sólo las grandes empresas multinacionales ofrecen condiciones ventajosas para los trabajadores. Ten cuidado, porque si no haces bien las cuentas, puedes llegar a perder hasta un 40% de tu pensión.

Guía práctica para evitar que te engañen

Las prejubilaciones son instrumentos para dejar la empresa, en teoría, con condiciones ventajosas, pero las compañías buscarán en todo momento arrimar el ascua a su sardina, así es que lo mejor es asesorarse o bien en el comité de empresa, o bien con la ayuda de un abogado laboralista que defienda tus intereses.

1. Despido o acuerdo voluntario

Existen dos fórmulas en la que te pueden presentar una propuesta de prejubilación: por despido o por acuerdo voluntario. En el 86% de los casos se presentan bajo la fórmula de despido, o bien colectivo o bien individual. Los despidos colectivos se suelen acordar con los comités de empresa, con lo que el proceso tiene mayores garantías para el trabajador. La empresa te ofrece una cantidad mensual a la que se añade lo que recibirás por la prestación de desempleo hasta alcanzar un porcentaje de tu último salario que suele rondar entre el 70 y el 80% hasta una fecha pactada. Los despedidos tienen derecho a dos años de paro, y después pueden acceder al subsidio de mayores de 55 años hasta llegar a la edad de jubilación.

El acuerdo voluntario es una modalidad más arriesgada para el trabajador, ya que no cuenta con el respaldo de una negociación previa con los sindicatos, y donde las variables son múltiples y más difíciles de analizar. Además, las cantidades recibidas tributan en el IRPF, y al ser una decisión voluntaria, el trabajador no tiene derecho a cobrar el paro.

2. Ojo con la pérdida por pensión anticipada

La fecha pactada en el acuerdo es importante. Generalmente el acuerdo se firma hasta alcanzar la edad de jubilación anticipada, lo que supone que tendrás que asumir una pérdida de entre un 7,5 y un 8% de pensión por cada año que te falte para alcanzar la edad legal de jubilación. Negocia para intentar garantizar tu nivel de rentas hasta que llegues a la edad legal de jubilación que este año está en 65 años y 10 meses.

3. Completa las cotizaciones

En los despidos colectivos, si tienes más de 55 años la empresa tiene la obligación de suscribir un convenio especial con la Seguridad Social para pagar tus cotizaciones sociales hasta la fecha acordada, y mantener así el monto de tu futura pensión. Este convenio es obligatorio hasta los 61 años si es despido es por causas económicas, y hasta los 63 si es por otras causas. A partir de esa edad deberás ser tú quien suscriba el acuerdo para completar las cotizaciones hasta la edad legal de jubilación y así poder cobrar el 100% de la pensión.

En los despidos individuales también se suele incluir esta cláusula, pero es imprescindible que lo compruebes, y que el convenio con la Seguridad Social se extienda el mayor tiempo posible. Si la prejubilación es por acuerdo voluntario, también puedes pactar que la empresa suscriba el convenio con la Seguridad Social para pagar las cotizaciones que te permitan que tu futura pensión no disminuya. Ten en cuenta que el convenio puede costar entre 12.000 y 13.000 euros para una base máxima de cotización. En todo caso haz bien las cuentas de cálculo de la futura pensión, porque el tránsito entre prejubilación y pensión durará unos años, pero la pensión resultante será para el resto de tu vida.

4. Asegura el porcentaje más alto del sueldo actual

El porcentaje del sueldo que consigas acordar va a determinar tu nivel de ingresos en los próximos años, por tanto es esencial conseguir el mayor porcentaje posible sobre tu último salario. En las negociaciones se suele tener en cuenta el salario neto, pero pueden entrar otros factores a calcular, como mantener las aportaciones al plan de pensiones de la empresa si lo tienes, o a otros seguros contratados por la compañía, o ampliar el plazo del convenio con la Seguridad Social para que la empresa cotice por ti durante más tiempo. Hay que tener todo en cuenta, pero un buen punto de partida es negociar por recibir rentas mensuales por encima del 70% de tu último salario neto.

5. Atentos a la tributación

El los despidos colectivos están exentos de tributar los primeros 180.000 euros de indemnización. Mientras estés cobrando el paro también deberás declarar esos ingresos en tu declaración de la Renta, ya que tributan como rentas del trabajo. En cambio, en las salidas de mutuo acuerdo las indemnizaciones tributan desde el primer euro, y no se tiene derecho a cobrar el paro.

Cada persona tiene una situación financiera y patrimonial diferente. Es esencial calcular bien las rentas que te quedarán mensualmente, teniendo en cuenta también los rendimientos de los planes de pensiones, si los tienes. Calcula bien los años que tengas cotizados, para asegurarte de que recibirás la máxima pensión posible, un mes más o menos puede suponer miles de euros a largo plazo.

Los tiempos de las prejubilaciones doradas han quedado atrás. En la mayoría de los casos es posible que una prejubilación suponga una merma en los ingresos, pero eso no tiene que traducirse necesariamente en pérdida de calidad de vida. Con treinta años por delante, la prejubilación también puede ser una oportunidad de empezar de nuevo con una perspectiva diferente.

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