El verano de 2022 promete ser uno de los más cálidos de nuestra historia. Así lo pronostica la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), que en sus últimas previsiones para el periodo estival apunta a un verano más seco y caluroso de lo normal en todo el país.
En una reciente rueda de prensa en la que se informó de las particularidades climatológicas de la primavera y se dio la predicción estacional de cara a los próximos tres meses, el portavoz de la AEMET, Rubén Del Campo, avanzó que para este verano hay una gran probabilidad de que las temperaturas se sitúen al menos 0,5 grados por encima de lo normal tanto en la Península como en las Baleares y de que las precipitaciones se encuentren en un “perfil seco” en toda España, con una “mayor robustez” en el interior y norte peninsular.
Las altas temperaturas que, previsiblemente, se alcanzarán en estos próximos meses favorecerán el desarrollo de olas de calor, advirtió del Campo, que también hizo referencia al episodio de calor sufrido a mediados del pasado mes de junio y lo calificó de “temprano, intenso y con temperaturas entre el 5% de las más altas que se han registrado en el momento más caluroso del año”.
Ante este pronóstico, es imprescindible que estemos preparados y tomemos precauciones para no sufrir golpes de calor cuando los termómetros se acerquen a los 40 grados centígrados. Pero además de protegernos a nosotros mismos y, en caso de tenerlas, a nuestras mascotas, también es fundamental que cuidemos de otros seres vivos que requieren atención especial y que son completamente silenciosos: las plantas. Y es que las altas temperaturas pueden afectar por completo a su desarrollo, hasta el punto en el que es imposible su recuperación. Por eso, si tienes la casa llena de macetas, toma nota: estos consejos te ayudarán a que sobrevivan las olas de calor.
Un consejo básico ahora que las temperaturas empiezan a subir. Las altas temperaturas hacen que las plantas pierdan más agua, lo que puede provocar que se quemen o marchiten. Por eso, es imprescindible que las reguemos más a menudo durante los periodos de calor.
En estos casos, lo mejor que podemos hacer es regar por las mañanas, cuando las temperaturas aún no se han disparado, ya que así podrán aguantar mejor el día, y que utilicemos un pulverizador. Aunque, eso sí, tampoco te pases: si la tierra de tus plantas todavía está mojada, no las riegues, ya que el exceso de agua también es perjudicial.
Cuando las plantas reciben directamente la luz solar, pueden quemarse, sobre todo si las temperaturas rozan los 40 grados centígrados. Por eso, es importante que las coloquemos a la sombra para evitar el impacto directo del sol.
En estos casos, lo recomendable es que traslademos las plantas al interior, a un lugar apartado, pero en caso de que las tengamos en una terraza o balcón y no podamos moverlas, es recomendable que las cubramos con un toldo o sombrilla.
Los fertilizantes son productos que, por lo general, sirven de ayuda a las plantas, pero durante las olas de calor debemos evitar usarlos. Y es que en estos episodios de calor extremo, las plantas estarán concentradas en su supervivencia, por lo que les costará absorber los nutrientes extra que reciben con estos productos.
En estos casos, el fertilizante puede quedar en la tierra y llegar a quemar la planta. Por eso, debemos esperar a que bajen las temperaturas para volver a utilizar estos productos.
Igual que no debes utilizar fertilizante durante los episodios de calor, tampoco debes podar las plantas, ya que el follaje puede proporcionarles sombra y proteger su interior. Por eso, aunque te encuentres con alguna hoja dañada por el sol, es recomendable que las dejes hasta que pase la ola de calor.
Al igual que las hojas pueden verse dañadas por la luz solar, las raíces también pueden sufrir daños. Por eso, durante estos episodios de calor extremo, es recomendable que apliques mantillo a tus plantas, un abono orgánico que favorece la absorción de nutrientes y ayuda a mantener la humedad y temperatura de la tierra.
Este producto se aplica alrededor de las plantas, creando una capa superficial de entre cinco y seis centímetros, y puede encontrarse en las tiendas especializadas. Si no disponemos de mantillo, no obstante, también podemos crear una capa de protección con compost o tierra de jardinería.