El IPC (Índice de Precios de Consumo) es un indicador económico elaborado por el Instituto Nacional de Estadística que mide la variación de los precios de los bienes y servicios que consume la población española y que sirve para reflejar la inflación y el coste de vida de nuestro país.
Este índice, que comenzó a publicarse en nuestro país en 1936, se basa en una selección de 955 artículos representativos del consumo de las familias españolas y se elabora con cerca de 210.000 precios, de los cuales informan unos 29.000 establecimientos distribuidos en 177 municipios de todo el territorio nacional, tal y como señalan desde el INE.
El IPC se actualiza mensualmente y se compara siempre con dos indicadores: el del mes inmediatamente anterior y el del mismo mes del ejercicio anterior, lo que permite conocer su variación mensual e interanual.
Si el IPC es positivo, implica que los precios han subido y que el coste de vida se ha encarecido. Si es negativo, en cambio, significa que los precios han disminuido y que el coste de vida se ha reducido. Pero además de reflejar la evolución de los precios y el coste de la vida, este indicador también se utiliza para actualizar la mayoría de rentas y salarios del país, incluido el alquiler, con todos los efectos que esto puede tener en la economía personal de los ciudadanos.
En los últimos meses, el IPC ha batido cifras récord. Este índice, que en enero de 2021 comenzó a experimentar una tendencia alcista, ha encadenado varios meses de subidas que le han llevado a superar la barrera de los dos dígitos durante tres meses consecutivos: junio, julio y agosto.
En concreto, y siempre según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el IPC alcanzó en el mes de junio una tasa interanual del 10,2%, mientras que en el mes de julio se situó en un 10,8% y en agosto en un 10,5%. En septiembre, no obstante, esta cifra se redujo y cayó de nuevo por debajo de los dos dígitos.
Los datos del IPC, que en enero de este mismo año se situaba en un 6,1%, se han visto especialmente afectados por el estallido de la guerra de Ucrania. A pesar de que a lo largo de 2021 el índice ya apuntaba a esta tendencia alcista, el estallido del conflicto el pasado mes de febrero lo ha terminado de disparar, y no parece que la situación vaya a revertirse de cara a los próximos meses.
A raíz del estallido de la guerra de Ucrania, la Agencia Negociadora del Alquiler (ANA) pidió a los propietarios que no aplicaran la totalidad del incremento del IPC a los alquileres, sino que los actualizaran a la mitad de su valor o, en su defecto, que los mantuvieran estables, sin imponer ningún tipo de subida.
Esta recomendación se hizo con el objetivo de evitar posibles impagos o incluso la ruptura de los contratos de alquiler. Y es que según la ANA, una subida tan alta de los precios hubiera provocado que los inquilinos abandonasen sus viviendas antes de tiempo para mudarse a otras con un alquiler más bajo, lo que hubiera afectado a la rentabilidad prevista por los propietarios.
Meses después, además, el Gobierno limitó la subida que podían aplicar los inquilinos en los precios del alquiler en un 2%, aunque esta medida solo afecta a los precios de las viviendas habituales.
La subida del IPC puede provocar que los precios de los alquileres se incrementen. Pero ¿qué ocurre cuando este índice se reduce? ¿Se puede pedir una rebaja del precio si el IPC se encuentra en valores negativos? La respuesta es que sí, siempre y cuando el precio se calcule en base a este índice. Si la evolución del alquiler no está sujeta a este índice, los usuarios no podrán exigir ningún tipo de bajada, ya que el propietario no utilizará el índice para actualizar la renta.
De cara a los próximos meses, no parece que el IPC vaya a dar tregua en su escalada. No obstante, si el indicador baja, no lo olvides: puedes pedirle a tu casero que te baje el precio del alquiler, sobre todo si ha utilizado las variaciones del IPC anteriormente para justificar subidas de precio.