Cuando un inquilino deja la casa en la que había vivido en alquiler siempre es un momento complicado para el dueño. No solo porque normalmente significa que habrá cambiar de arrendatario, con el riesgo de no acertar con el nuevo que ello implica, sino porque es el instante de comprobar en qué estado ha quedado el inmueble. Contamos con que haya ciertos desperfectos propios del uso cotidiano, pero algunos inquilinos pueden no haber sido todo lo cívicos que pensábamos. Desde el portal inmobiliario Fotocasa ha explican las comprobaciones que debemos hacer cuando el nuestro abandona la vivienda.
Al finalizar un contrato de alquiler sin que ninguna de las partes decida continuar, éste se cancela y, en consecuencia, el inquilino debe abandonar el piso en el plazo de tiempo acordado y dejarlo tal y como lo encontró, y así lo establece la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
Por eso lo ideal es haber hecho antes un inventario fotográfico y por escrito con todos los elementos que dejas y su estado al firmar el contrato de alquiler. Si falta alguno de ellos o su estado no es el mismo, como casero podrás quedarte con la fianza del alquiler. Pero puedes cometer el error de devolver esta cantidad sin haber comprobado exhaustivamente la vivienda. Para ello, hazte las siguientes preguntas.
El artículo 23 de la LAU establece que el inquilino solo podrá llevar acabo aquellas reparaciones causadas por el uso diario de la vivienda. Sin embargo, no podrá realizar ninguna obra o reforma, como por ejemplo pintar la casa de otro color o insonorizar una estancia, sin el consentimiento del casero por escrito. Por tanto, uno de los principales aspectos a revisar será ver si la vivienda está tal y como la entregaste en primer lugar.
Deberá comprobar si en la casa sigue habiendo el mismo mobiliario y si está en buen estado. Y, según Fotocasa, se considera en buen estado cuando sólo ha sufrido desgaste por uso diario. En el caso de que los muebles hayan sufrido alguna rotura o daño mayor, podrás descontarle al inquilino su importe de la fianza del alquiler.
Debes revisar que los electrodomésticos con los que cuenta la vivienda funcionan correctamente o si, en cambio, se han estropeado durante la estancia del inquilino. En este caso, se descontará su precio de la fianza del alquiler.
Los elementos estructurales del inmueble son puertas, ventanas, grifos, paredes, suelos, etc. Tampoco deben mostrar ningún desperfecto fruto del mal uso, ni tampoco del uso diario, ya que el inquilino debería haberlo subsanado durante su estancia. Sin embargo, si los daños derivan del mal estado o la antigüedad, como puede ocurrir con las tuberías de algunas viviendas, la responsabilidad de repararlos te corresponde a ti. Eso sí, el inquilino debió comunicarlo en el momento en el que se ocasionaron los daños, y no al finalizar el contrato.
A la hora de abandonar el piso, no es raro que el inquilino se olvide de algún que otro objeto personal como pueden ser libros, ropa, fotografías, juguetes, utensilios, u objetos decorativos. Lo ideal sería que te pusieras en contacto con él para devolvérselos. En el caso de que no los quiera, Fotocasa recomienda dejar por escrito esta renuncia del inquilino y, en consecuencia, esos objetos pasarán a ser de nuestra propiedad.