¿Hipoteca a tipo fijo o a tipo variable? Es una de las preguntas clásicas que tarde o temprano te harás si estás buscando hipoteca e incluso si ya tienes una.
El tipo de interés es uno de los elementos clave de toda hipoteca. Marca lo que pagarás por ese dinero que te ha prestado el banco para comprar tu casa y puede ser fijo o variable.
En una hipoteca a tipo fijo, el tipo de interés que pagas no cambia con el tiempo. Siempre va a ser el mismo, pase lo que pase con la economía, con el Euribor o con cualquier otro índice. Ese tipo de interés es fijo e independiente de factores externos y, por lo tanto, la cuota se mantendrá estable.
Lo más habitual si tienes una hipoteca tipo fijo es que todos los meses pagues lo mismo de hipoteca. Esa es su principal característica y ventaja y más dada la situación actual. ¿Si ya tengo una hipoteca variable, puedo cambiarla a fija? La respuesta es sí, te explicamos como.
Se puede cambiar de hipoteca variable a fija mediante el procedimiento de novación y de subrogación. Una novación se produce cuando se cambia alguna o algunas de las condiciones de la hipoteca, negociando con el mismo banco donde esta se tiene. Es importante conocer que la novación cuesta generalmente menos dinero que la subrogación y que admite más posibilidades de cambio.
Con la novación no solo se pueden cambiar las condiciones de la misma hipoteca, como cambiar la hipoteca de tipo variable a tipo fijo, o reducir el diferencial que se tiene sobre el Euribor. En la novación también se puede ampliar el capital, es decir que el banco conceda más dinero al cliente del capital que se concedió inicialmente al firmar la hipoteca, o que se añadan más deudores a la misma.
La subrogación implica que la hipoteca pasa de un banco a otro banco.
Los gastos que implica una novación son:
Los gastos mediante subrogación este procedimiento, que implica traspasar la hipoteca de una entidad financiera a otra, son mayores.
Los anteriores procedimientos, de novación y subrogación, son los más habituales con los que se puede cambiar una hipoteca variable a hipoteca fija. Sin embargo, existe una tercera opción, que sería la contratación de una nueva hipoteca, y con el dinero procedente de este préstamo hipotecario pagar la hipoteca anterior.
Consiste en contratar una nueva hipoteca a interés fijo para cancelar tu actual préstamo a tipo variable. Tendrás que solicitar el crédito a tu banco o a otra entidad, tasar tu vivienda, formalizar la contratación ante notario, liquidar la hipoteca variable que tenías con el dinero de la nueva hipoteca y tramitar su cancelación registral para que se pueda inscribir el nuevo préstamo en el Registro de la Propiedad.
En cambio, si decides firmar una hipoteca fija nueva para liquidar la variable que tienes ahora, te tocará pagar estos gastos: