Jennifer Lopez ya ha vendido su increíble mansión de la calle Stone Canyon del lujoso residencial de Bel-Air en Los Ángeles, tal como publicó a finales de octubre pasado la firma que se ha ocupado de la gestión de la operación. La preciosa mansión, con 9 dormitorios y 13 baños, está ubicada en un terreno de más de 32.000 metros cuadrados y cuenta con una absoluta intimidad gracias a la exuberante naturaleza que la rodea.
Según la inmobiliaria se trata de una “propiedad rara y extraordinaria a poca distancia del Hotel Bel Air”. Data de 1940 y es un diseño original de Samuel Abraham Marx. Este arquitecto, diseñador y decorador de interiores estadounidense, ya fallecido en 1964, es considerado un modernista y firmó muchas de las mejores propiedades del país.
Cuando Jennifer Lopez se hizo con la vivienda, que tiene unos 1.300 metros cuadrados de superficie, la reacondicionó y la reformó imitando un exclusivo refugio rural francés. En ella cobran protagonismo los pavimentos nobles para cubrir las estancias a varias alturas, la piedra en muros y chimeneas o la madera en vigas y en la carpintería, que además en determinadas áreas se mezcla con elegantes ventanas de aluminio en color negro.
Tal como muestran las fotos que anunciaban la venta de la mansión, el resultado es un conjunto de amplias estancias abiertas a la naturaleza exterior pero definitivamente acogedoras gracias a los materiales y a los textiles naturales empleados.
La cantante, actriz, bailarina, productora y diseñadora, que en julio pasado cumplió los 54 años, está inmersa en múltiples proyectos y en la promoción de diversas marcas de lujo externas y propias. Lo deja patente en cada una de las fotos que publica en sus redes sociales. A modo de ejemplo ha lanzado la línea de bebidas alcohólicas spritz DeLola, una colección cápsula para la firma italiana de lencería Intimissimi o nuevos cosméticos para JLo Beauty.
Probablemente, la venta de su mansión de Bel-Air, a pesar de ser inmensa y de estar decorada con un gusto exquisito, se deba a que ha establecido su residencia en otra de mayores dimensiones tras contraer matrimonio con Ben Affleck en julio de 2022. Jennifer Lopez no tiene vergüenza en declararle a los cuatro vientos que sigue enamorada como el primer día. Hace unos meses le escribió de puño y letra a su marido en redes sociales: “Sentada aquí sola… Mirando mi anillo… Me siento abrumada… Me hace querer cantar… Cómo hemos acabado aquí… Sin rebobinar… Esta es mi vida”.
Desde mayo pasado, el matrimonio y sus hijos residen en un enorme complejo que adquirieron por 61 millones de dólares en el residencial Benedict Canyon que también pertenece a Beverly Hills. Por su parte, Affleck vendió la casa que tenía en Pacific Palisades, un residencial situado entre las montañas de Santa Mónica y el océano Pacífico, por 28,5 millones de dólares el año pasado.
En cuanto a la lujosa propiedad de Bel-Air, donde antes vivía Jennifer Lopez, la compañía inmobiliaria Caroldwood Estates anunció su disponibilidad en febrero de 2023. Tal como ha declarado, recientemente se ha cerrado la operación en 32 millones de euros. La prensa, por su parte, ha informado que en los registros ya aparece como nuevo propietario el empresario taiwanés Walter Wang y su esposa Shirley.
Supuestamente han pagado mucho menos del precio fijado, que en agosto pasado rondaba los 40 millones de dólares. Walter Wang es el director ejecutivo de JM Eagle, un fabricante mundial de tuberías de plástico, y cofundador de The Walter and Shirley Wang Foundation y de JMM Foundation, dos organizaciones filantrópicas.
Lo cierto es que Jennifer Lopez le compró la mansión a la actriz Sela Ward y a su esposo, el empresario Howard Sherman, por unos 26 millones de euros en 2016. Sin embargo, a lo largo de todo este tiempo ha invertido una gran suma en las remodelaciones que ha llevado a cabo. Además de las 9 habitaciones, una de ellas con dos vestidores, baño completo con salida a la terraza y al jardín y zona de estar propia, la vivienda dispone de sala de juegos con bar, un estudio, una sala de masajes, biblioteca, gimnasio y un cine para 30 personas.
La vivienda igualmente cuenta con varios porches, una piscina infinita, un jacuzzi y un solárium. Por su parte, en el extenso terreno se reparten una casa de invitados independiente, un anfiteatro con capacidad para 100 personas, una pagoda, un huerto orgánico, un pabellón de entretenimiento con cocina completamente equipada y un lago privado con su propia playa de arena.