El precio de la vivienda en España sigue sin bajar. De hecho, comprar un piso hoy sigue siendo más caro que hace un año, en cualquiera de las comunidades autónomas. Las casas se encarecieron un 4,5% en el tercer trimestre respecto al mismo periodo de 2022, según datos del INE, con lo que ya acumula 38 trimestres de incrementos interanuales. En lo que va de año el precio de la vivienda en nuestro país ha crecido un 5,3%. Y los expertos no esperan que en el medio plazo cambie la situación pese al actual enfriamiento del sector, pero ¿por qué está ocurriendo esto? ¿Por qué no baja el precio de los pisos a pesar de que sí lo está haciendo el número de compraventas e hipotecas?
Las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) para controlar la inflación hacían pensar en un rápido impacto en los precios de las casas, pero no está ocurriendo así. La principal razón está en la presión que ejerce la obra de nueva planta, que se disparó un 11% de julio a septiembre anotando su mayor alza de los últimos 16 años, muy superior al 7,7% del segundo trimestre y al 6% del primero.
Los promotores inmobiliarios tampoco ven motivo para que los precios de las casas recién construidas bajen. La demanda supera con mucho a la escasa oferta de promociones en marcha (110.000 unidades producidas al año). La escasez de stock de esta tipología y la subida de los precios de los materiales de construcción contribuyen a eta tendencia alcista.
Por su parte, el precio de la vivienda usada, que supone más del 80% de las operaciones de compraventa que se cierran, también dibuja una línea ascendente, aunque más comedida. Aumentó un 3,2% en el tercer trimestre en comparación con el mismo periodo de 2022, tasa tres décimas superior a la del segundo trimestre y la más elevada desde el cuarto trimestre de 2022. La subida acumulada en el año es del 4,7%.
El endurecimiento de las condiciones de los préstamos hipotecarios y la expulsión del mercado de potenciales compradores, incapaces de asumir el riesgo del tipo variable o el precio del tipo fijo, no son bagaje suficiente para compensar el desequilibrio entre la escasez de oferta y la intensa demanda. En esta tesitura, el hecho de tanto la compraventa como la firma de hipotecas acumulen varios meses de caído no sirve de contrapeso para corregir esta tendencia, al menos en el medio plazo.
Ninguna comunidad autónoma presentó tasas interanuales negativas en el tercer trimestre, con las mayores subidas en Navarra (7,6%), Canarias (6,6%) y Cantabria (5,9%), mientras que los aumentos más moderados se registraron en Castilla La-Mancha (1%), Extremadura (1,1%) y La Rioja (1,9%).