Comprar un piso: las claves de por qué tú pudiste y tu hijo no, más allá de lo obvio

  • La brecha generacional alcanza también a la vivienda: solo el 7% de los más jóvenes puede pagar una hipoteca frente al 42% de los Gen X

  • Un 35% de los más jóvenes vive de alquiler, frente a solo el 12% de los boomers que son inquilinos, según un informe intergeneracional de Pisos.com

  • ¿Por qué comprar una casa era antes fácil y ahora imposible?

La brecha generacional en nuestro país ha alcanzado también a la vivienda. Mientras los más jóvenes ya no tienen capacidad para hipotecarse, los mayores no dejan de aumentar su riqueza. Según datos de la OCDE, España es el país donde más preocupados están los jóvenes por el drama habitacional, pero también donde menos lo están las demás generacionales. Décadas atrás podías hacer una ronda entre inmobiliarias y propietarios para ver cuál ofrecía la mejor opción de acuerdo a tus posibilidades y elegir. Hoy tu hijo de la generación Z prácticamente tiene que superar un casting para acceder a una vivienda, y lo más probable es que sea un piso de alquiler.

“Para los más jóvenes, comprar una casa ha pasado de ser un sueño a una utopía. No vivirán como sus abuelos. Pero la cuestión no es que no puedan, es que quizá no quieran habitar la misma casa toda la vida”, ha explicado el director de Estudios del portal inmobiliario pisos.com, Ferran Font, en la presentación de un informe que analiza la brecha intergeneracional en el mercado de la vivienda comparando el comportamiento, necesidades y exigencias de la generación Z (entre los 18 y 27 años) los millennials (entre los 28 y los 43 años), la generación X (de 44 a 59 años) y los boomers (de 60 a 78 años).

Más dificultades para acceder a la vivienda

Las conclusiones son tajantes. Los más jóvenes encuentran más dificultades a la hora de adquirir una vivienda. En nuestro país el 74% de los españoles tienen vivienda en propiedad -bastante por encima de la media europea-, pero la inmensa mayoría de ellos no son nuestros hijos. De hecho, solo el 7% de los gen Z puede pagar una hipoteca, frente al 42% de los miembros de la generación X.

En 1987 hacía falta de media 3.3 años de los ingresos íntegros de un hogar para pagar una vivienda, mientras que hoy hace falta el 7.8, más del doble, según datos del Banco de España. El deterioro del poder adquisitivo por el desequilibrio cada vez mayor entre salarios y precios de vivienda es la principal razón de esta diferencia. No es de extrañar, por tanto, que los jóvenes no solo se emancipen cada vez más tarde -en España lo hacen a los 30,3 años, mientras que la media en el conjunto de la UE es de 26,4-, sino que en muchos casos se vean obligados a alquilar. Y aun así, pocos pueden hacerlo en solitario.

El 35% de la Generación Z vive de alquiler, y el 26% lo hace en pisos compartidos. Por el contrario, solo el 12% de los boomers son inquilinos, y hasta el 9% alquilan sin necesidad de compartir. Asimismo, el 15% de la Generación X y hasta uno de cada tres millennials apuesta por el arrendamiento. El estudio también revela una tendencia creciente entre los jóvenes: "Cada vez son más los que no quieren limitar sus opciones de ocio por un compromiso de varias décadas con un banco".

Mayor dependencia de los jóvenes

Que las nuevas generaciones cada vez tarden más en abandonar el nido familiar implica también mayor dependencia respecto a los padres. De hecho, el 56,6% de los jóvenes de entre 18 y 34 años declaran sentirse “extremadamente próximos” desde el punto de vista afectivo a sus padres, la tasa más alta de la UE, donde la media se sitúa en el 37,9%, según el Observatorio Social de la Fundación La Caixa. Este modelo "familista" puede llevar a una mayor vulnerabilidad en comparación con países europeos con recursos para la emancipación consolidados.

En conclusión, a la hora de ordenar las prioridades para buscar vivienda, el factor más determinante es el precio (48%), seguido de la ubicación (37%). Esta tendencia se repite en todas las generaciones, excepto en la Gen X, que da más importancia a la localización (43%) frente al precio (42%). Por otro lado, cuanto más jóvenes son los ciudadanos, más importancia le dan al precio del inmueble, siendo la gran prioridad para la Generación Z (60%) y perdiendo peso entre los Boomers (38%).