El lavavajillas es uno de los electrodomésticos que más se valoran en una cocina. Gracias a él, podemos lavar la gran mayoría de utensilios de nuestra cocina de forma rápida, sencilla y económica. Tan solo hay que introducir los vasos, platos, cubiertos y demás bártulos que hayamos utilizado para preparar nuestros platos, colocar la pastilla, darle al programa y pulsar el play para que, en cuestión de un par de horas, podamos tener nuestra cocina limpia, recogida y reluciente, sin pilas de platos acumuladas en el lavadero.
El lavavajillas es un salvavidas, un electrodoméstico que nos facilita muchísimo la vida en el hogar, sobre todo en esos días en los que parece que el tiempo se nos escapa de las manos. Sin embargo, y a pesar de su enorme versatilidad (además de cubiertos y enseres de cocina, en el lavavajillas también se pueden meter filtros de campana o tulipas de lámparas), hay ciertos utensilios de cocina que es mejor mantener alejados de esta máquina.
Uno de ellos son las sartenes. A pesar del enorme uso que se les da en la cocina, las sartenes son unos utensilios que pueden perder su cualidades si se meten en el lavavajillas y que conviene lavar siempre a mano.
Tanto los fabricantes como los expertos coinciden en que para mantener las cualidades de las sartenes es necesario lavarlas a mano, frotando con el estropajo, ya que el lavavajillas puede acabar con todas sus cualidades.
Esto se debe a los productos químicos corrosivos que contienen los jabones de los lavavajillas y a los roces y vibraciones que se producen en el interior del electrodoméstico durante el programa de lavado, que provocan que las sartenes vayan deteriorándose poco a poco.
Como consecuencia, al introducir estos electrodomésticos en el lavavajillas se corre el riesgo de que su capa protectora y su capa antiadherente se deterioren, lo que reducirá su calidad en los cocinados. Además, y desde un punto de vista más estético, estos programas de lavado también pueden hacer que se oxiden, opaquen y pierdan su brillo, lo que empeorará su apariencia original.
Para evitar estos problemas, los expertos recomiendan lavar estos utensilios a mano, aún cuando sean válidos para meterse en el lavavajillas. En este caso, se recomienda utilizar siempre un estropajo o esponja suave, ya que los estropajos de lana de acero o fibra verde también pueden dañar su capa antiadherente.
A la hora de lavar una sartén, además, podemos recurrir a diversos productos, como el bicarbonato, la arcilla verde o el vinagre blanco, para eliminar los restos de grasa y comida con mayor facilidad. Tan solo tendremos que extender estos productos por la superficie de nuestra sartén, dejarlos actuar durante un par de minutos, frotar con el estropajo y enjuagar con agua para dejar nuestra sartén como los chorros del oro.
Además, si la comida se nos ha pegado mucho, podemos echar agua, bicarbonato y vinagre blanco a nuestra sartén y ponerla a hervir durante unos cinco minutos para que los restos de comida se vayan despegando poco a poco y sin esfuerzo. Tras esto, solo tendremos que limpiarla con normalidad con nuestra esponja o estropajo para que recupere su aspecto limpio y reluciente.
En todo caso, a la hora de limpiar nuestras sartenes a mano, debemos evitar utilizar productos como el cloro, la lejía u otras soluciones abrasivas para no dañar su capa antiadherente.