Se suele decir que cada persona es un mundo, porque todos somos diferentes, pero hay muchas cosas en las que somos iguales y en la mayoría de los casos se debe a la cultura en la que cada cual ha sido criado. Del mismo modo en la que tendemos a preparar las mismas recetas que hemos comido de pequeños, sobre todo en esos platos tradicionales, hay otras muchas cosas que también pasan de generación en generación.
La manera de saludarnos es una de ellas, aunque no es igual la forma de hacerlo en un entorno profesional que en otro más distendido. Las tradiciones de cada país son diferentes, aunque hay algunas que se repiten de un lugar a otro. En España es habitual saludarse con dos besos, pero son varios los lugares en los que esto no es así y en su lugar se dan tres.
No en todos los lugares es común saludarse dándose besos, de hecho en algunos lugares del mundo esto es una costumbre impensable. Así sucede en China, donde hasta hace no demasiado besarse en público era ilegal, tampoco está bien visto en Japón, India y Tailandia, donde besar a alguien que no conoces está considerado ofensivo. En algunos lugares, como Emiratos árabes Unidos, está prohibido besarse en público, incluso si es con tu pareja.
Saludarse con tres besos en las mejillas no es una costumbre demasiado extendida, pero es el modo en el que lo hacen en Países Bajos. También en algunos lugares de Rusia lo hacen así, algo que también se puede ver en algunas regiones de Francia, país donde los saludos pueden ser con dos besos, tres y hasta cuatro. Los tres besos son típicos en Montpellier y gran territorio de sus alrededores.
Los besos en la mejilla son una tradición heredada de los romanos, que hacían diferencias entre distintos tipos de besos: el que se usa para saludar, en la mejilla, habitual entre amigos, un beso en los labios y, el tercero, el beso entre amantes. Con el tiempo, esta tradición de saludo pasó a ser más común y con el cristianismo quedó implantada, llegando a usarse en ceremonias religiosas. Según recogen en National Geographic, San Pablo recomendaba a sus fieles en su Epístola a los romanos que saludaran “con un beso sagrado”.
Con el tiempo estas costumbres se han ido extendiendo a otros lugares, haciendo que saludarse con un beso o varios sea común en determinadas culturas, aunque, como ya hemos visto, no en todas.
Aunque parezca que se dan de manera espontánea, lo cierto es que hay ciertos requisitos, por ejemplo, los besos se dan mejilla contra mejilla, no llega a haber contacto con los labios y no en todos los lugares siguen el mismo orden. En algunos países presentan primero la mejilla derecha, como en España, mientras que en otros lo hacen con la izquierda, lo que puede llevar a vivir situaciones un tanto incómodas. En general, en situaciones más formales se tiende a saludar cada vez más con un apretón de manos.