Con el verano oficialmente inaugurado probablemente ya hayas hecho el cambio de armario o, al menos, tengas localizadas algunas prendas que sabes que te vas a poner más de una vez en los próximos meses. No obstante, es probable que tengas que hacer alguna que otra compra para estar listo para afrontar el verano, seguramente algún que otro bañador que lucir en la playa. Entonces te estarás preguntando cuál comprar para que vaya acorde a tu estilo y tu edad. Por eso, te damos algunos consejos a seguir para acertar y pisar la playa con toda la seguridad del mundo.
Lo primero, el largo. Si bien el slip no les queda bien a todos y hay que atreverse a ponérselo, el exceso de tela tampoco es una buena idea, especialmente cuando el bañador queda por debajo de la rodilla. Lo ideal es una bermuda corta, por encima de la rodilla, un clásico que siempre funciona y con el que se puede jugar e innovar más de lo que se cree, por ejemplo, con los colores.
No todos los colores son válidos, y no porque no puedas ponértelo, más bien por el momento concreto. Los colores más vivos en tu bañador es mejor dejarlos para cuando la temporada este avanzada y tu piel ya haya cogido un buen tono de moreno. Sin embargo, cuando nuestro tono te piel todavía se parece más al de un vaso de leche, mejor optar por tonos más discretos, lo que no quiere decir que lleves un bañador aburrido, ya que puedes jugar con los estampados.
Al final el bañador tiene que reflejar tu gusto personal, pero saber en qué situaciones atreverte con un estampado llamativo y cuando no. Si estas de vacaciones con tu familia no hay problema, pero si aprovechas un viaje de negocios para ir a la playa o la piscina con compañeros u otros profesionales, quizá es mejor optar por un bañador más clásico y discreto, sobre todo en el ámbito empresarial.
Otras dos claves son la prudencia y la sencillez, pero hasta un límite para no pasarse de soso. Con los puntos anteriores acertarás seguro, pero si te sales un poco de ello y arriesgas no tiene que pasar nada, siempre que no te pases con diseños muy rocambolescos que nada tienen que ver con tu imagen o con un corte de bañador que no favorezca. Es decir, ponte lo que quieras intentando siempre ser fiel a tu estilo y que recalquen el cuerpo que has estado trabajando durante el invierno para lucir en verano. Acertarás seguro.