Hacer deporte es bueno para la salud. Cualquier rutina en la que busquemos vivir más años o estar en buena forma física va a incluir el ejercicio, idealmente adaptado a los años y al objetivo que persigamos. A veces, la práctica deportiva puede contemplar algún tipo de suplementación. En este caso, cuando no está pautada por un experto, puede tener efectos indeseables sobre la salud del cabello, debilitándolo e, incluso, propiciando su caída.
Según los expertos de Hospital Capilar, existen estudios que han constatado que el abuso de determinados suplementos, como los esteroides o anabolizantes, puede causar una pérdida progresiva de pelo, debido al aumento en la dihidrotestosterona (DHT), una molécula que actúa directamente sobre los receptores hormonales de los folículos pilosos que se ha demostrado que, en muchos casos, puede acelerar la calvicie, sobre todo en el caso de los hombres, aunque también puede darse en mujeres.
En concreto, cuando hablamos de la relación entre anabolizantes y calvicie se circunscribe al patrón de caída del pelo generada por una alopecia androgénica. En este tipo de alopecia es la dihidrotestosterona la responsable de la destrucción de los folículos pilosos. El consumo reiterado de esteroides anabolizantes puede metabolizarse en dihidrotestosterona dando lugar a la caída irreversible del cabello en aquellas personas más susceptibles. En conclusión, esta simulación artificial de testosterona podría acelerar el desarrollo de una alopecia androgénica.
La buena noticia es que si esta alopecia se diagnostica a tiempo, puede ser reversible; siempre que se suspenda la ingesta de este tipo de suplementos.
Aunque cierta suplementación deportiva puede ser mala para el cabello, hacer deporte es bueno. El ejercicio, además, promueve la salud física y mental en hombres y en mujeres y conlleva numerosos beneficios a nivel general, entre ellos la salud capilar, incluso en edades avanzadas. "El deporte mejora la salud en general de todas las células y órganos de nuestro cuerpo y, por ende, también la de los folículos, ya que, al hacer ejercicio, se aumenta el riego sanguíneo y la vascularización, facilitando la llegada de nutrientes a los folículos pilosos", explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.
Incluir una rutina de ejercicios en la actividad diaria es bueno también para la salud mental, una variable que también incide en el estado del pelo. "El deporte disminuye el estrés, lo que hace que se reduzca la probabilidad de padecer un efluvio telógeno, favoreciendo que el cabello crezca con mayor calidad y luzca más suave y brillante. Por otro lado, el sedentarismo se asocia a malas dietas, y una alimentación desequilibrada también repercutirá negativamente, de igual modo, en nuestra salud capilar", asegura Francisco Pilo.
El deporte favorece la oxigenación del cuero cabelludo, lo que, a su vez, sirve para mejorar la circulación de la zona, haciendo que los nutrientes lleguen con mayor rapidez a los folículos pilosos, favoreciendo el crecimiento del pelo y aumentando, por tanto, la vitalidad del mismo. Asimismo, la practica regular de algún deporte previene la aparición de diversas enfermedades que pueden llevar a que el cabello presente un aspecto poco saludable o a fomentar su caída en casos extremos; además de ayudar con la función digestiva del organismo.
Los deportes aeróbicos son los que más vasodilatación producen y, por ende, son los que más contribuyen a lograr una buena salud capilar. “Para mejorar la calidad del cabello, se recomiendan entrenamientos de cardio, como caminar, correr o ir en bicicleta; o bien practicar pilates o yoga, una actividad que se considera beneficiosa para el cabello debido a que aumenta el flujo de sangre al área de la cabeza y proporciona las condiciones óptimas que se necesitan para un crecimiento rápido del pelo, además de ayudar a reducir los desequilibrios hormonales, aumentar la calma y sanear el sistema digestivo", señala el experto.
Otro de los principales beneficios de hacer deporte es el aumento de la serotonina. La denominada hormona de la felicidad contribuye a combatir el estrés, uno de los grandes enemigos de nuestro cabello que, incluso, puede provocar la aparición de la alopecia nerviosa, un tipo de caída capilar relacionada con altos niveles de ansiedad o depresión que aparece promovida por el incremento exponencial de los índices de cortisol, una toxina que afecta al funcionamiento del organismo y del pelo, provocando que hasta el 70% de los folículos del cuero cabelludo se vean afectados ante situaciones de estrés muy pronunciadas.
Por otra parte, el ejercicio físico hace que se fomente en mayor medida la sudoración, lo que servirá para que se eliminen las toxinas negativas que circulan por el cuerpo, favoreciendo que los ciclos habituales de crecimiento y caída se produzcan con normalidad y que, cuando el pelo se caiga, pueda recuperarse con normalidad. Además, a través del sudor, las raíces del cabello se abrirán, una condición que hará que se cree el espacio necesario para que crezca un pelo más fuerte y sano. No obstante, “es importante que lavemos el cabello después de cada entrenamiento, con el fin de que esas toxinas que hemos eliminado a través del sudor no se queden en el cabello y se eliminen, ya que muchas de ellas contienen un pH ácido que, en caso de permanecer mucho tiempo en nuestro pelo, puede llegar a provocar fragilidad y rotura de la fibra capilar. El sudor deja la melena más reseca y, en pieles atópicas, podría generar una irritación extra, provocando un aumento de la seborrea o un empeoramiento de la dermatitis”, recalca el especialista de Hospital Capilar.
Para que el cabello luzca sano y fuerte, la actividad física deberá complementarse con conductas saludables como un buen descanso, un bajo consumo de alcohol o una alimentación equilibrada que incluya los suficientes nutrientes, oligoelementos y vitaminas, que conllevarán, en consecuencia, que no se necesite una suplementación extra. "Se recomienda una dieta sana en la que se eviten los ultraprocesados y rica en proteínas como huevos, la leche o el pescado, así como en carnes, legumbres, frutos secos y frutas y verduras”, concluye este facultativo.