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La exposición excesiva al sol es el mayor factor de riesgo frente a daños celulares irreversibles en la piel. Solo en España, más de 300 pacientes son diagnosticados de melanoma cutáneo cada mes. En todo el mundo, durante los últimos diez año se han registrado cerca de 290 mil casos.
En los últimos años también se ha evidenciado la disminución o, incluso, carencia de vitamina D en la población. Como es sabido, la síntesis de vitamina D es necesaria para absorber el calcio, uno de los principales elementos que constituyen los huesos. Además, esta vitamina liposoluble desempeña un papel importante en los sistemas nervioso, muscular e inmunitario.
Se puede obtener vitamina D de tres maneras: a través de la dieta, de suplementos y de la luz del sol.
Los pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado, se encuentran entre las mejores fuentes naturales de vitamina D. Sin embargo la biodisponibilidad de este nutriente es cada vez más escasa, debido a la pesca industrial. Además, los pescados azules grandes también contienen grandes cantidades de metales pesados.
Nuestro organismo forma la vitamina D naturalmente después de la exposición al sol. Sin embargo, en los últimos años ya no nos exponemos tanto al sol, precisamente por el daño celular que produce. Y si lo hacemos con protección, tampoco lograremos sintetizar la vitamina D.
Hasta ahora, el mercado cosmético ofrecía cremas con vitaminas C, A, B y E. Pero la vitamina D no podía añadirse. Sin embargo, una nueva generación de fotoprotectores han conseguido crear un compuesto similar a la vitamina D.
Este ingrediente revolucionario, llamado Vitamina D-like, actúa como un potente multiplicador de los receptores productores de Vitamina D en tu piel, lo que a su vez potencia la producción de este ingrediente esencial.
Estos protectores de nueva generación también pueden mejorar sus propiedades si incorporan entadina, que protege de los efectos nocivos de la luz azul, actuando como un antioxidante en la piel; niacinamida, un paso obligado en cualquier rutina, ya que mejora la textura de la piel y regula la producción de sebo; vitamina E, protector natural para la piel que ayuda a combatir los daños causados por los radicales libres y la exposición al sol y áloe vera, que penetra en las tres capas de la piel y expulsa las bacterias y depósitos grasos que obstruyen los poros. Es un importante regenerador celular, cicatrizante y tonificador.