Cualquier persona que tiene que enfrentarse a un acontecimiento relevante sabe lo importante que es la imagen que demos en ese momento. Los políticos lo saben también, más aún en una campaña que, aunque no ha empezado oficialmente, se presume como una de las más disputadas. En su entrevista en 'El programa de Ana Rosa', Pedro Sánchez ha llevado un traje oscuro con una camisa rosa clara sin corbata. En sus diferentes apariciones públicas, el presidente del gobierno y candidato por el PSOE alterna los estilismos más informales, con los vaqueros como prenda favorita, con looks protocolarios y este último, a medio camino entre la formalidad y lo menos encorsetado. El interés de Pedro Sánchez por las corbatas (o las ausencias de corbata) viene de largo, como cuando el año pasado pidió usarlas menos para pasar menos calor y no tener que usar aire acondicionado.
Al margen del cambio climático, no es el único líder que se está 'quitando' de la corbata. Algunos lectores recordarán las fotos de Obama y Putin en una reunión a dos, ambos con traje oscura, camisa clara y ninguna corbata, ese símbolo de la masculinidad que hoy no es tan frecuente ver ni siquiera en entornos profesionales. ¿Qué signfica en comunicación política ir sin corbata? Parafraseando eso de "arreglado, pero informal", hemos hablado con el asesor de imagen Roberto Sánchez, autor del libro 'Tu mejor versión'.
En protocolo existen grados de formalidad. Ir sin corbata no es necesariamente mostrarse cien por cien informal. A veces, un traje con un buen patrón y una camisa a la altura es suficiente para mostrar señal de respeto al evento en el que debamos participar. De la misma opinión, es Roberto Sánchez: "La ausencia de corbata implica un nivel de formalidad menor. En los últimos años, hemos observado que el uso de trajes sin corbata se ha vuelto cada vez más común en entornos empresariales, donde anteriormente era impensable prescindir de ella. Aunque el entorno sigue siendo formal, la corbata se reserva ahora para eventos específicos como reuniones importantes o eventos corporativos. No obstante, el uso de la corbata no ha desaparecido por completo, ya que la moda es cíclica y las tendencias van y vienen. De hecho, actualmente existen numerosas propuestas de looks informales que incluyen corbata, lo cual demuestra que esta prenda aún tiene muchos años por delante, aunque sea para ocasiones particulares".
En este caso, es importante tanto el tono del traje como el de la camisa. Los colores oscuros siempre van a aportar rigor y, por tanto, formalidad y eficacia. Las camisas blancas suelen añadir seriedad a cualquier outfit. Pedro Sánchez ha optado por una rosa claro, seguramente para compensar la rigidez del traje. El rosa, además, se asocia a lo emocional y las 'soft skills': capacidad de comunicación, empatía y espíritu colaborativo. Sumadas ambas prendas dan como resultado confianza. Con su estilismo, el candidato ´quiere decir de sí mismo que es una persona en la que se puede confiar: eficaz en la gestión y solidario cuando hay que serlo.
Ir sin corbata, obviamente, resta formalidad a cualquier estilismo. Sin embargo, no es lo único que quieren expresar los hombres cuando se desprenden de ella en contextos donde podrían usarla. Para entender su significado hay que remontarse a los orígenes de esta prenda. Se considera inventor de la corbata, tal y como hoy la conocemos, al rey Luis XV de Francia en el siglo XVIII, en el refinado entorno de la corte de Versalles. En España, Francia e Italia, comienza a popularizarse en 1830 entre los miembros de ateneos literarios, colegios, clubes privados y tertulias. Todos sus miembros tenían la corbata como distintivo de un estamento. Pero fueron los Románticos quienes consagraron su uso. Barcelona fue la primera en abrazar el complemento por sus lazos históricos con Francia. Por las calles de la Ciudad Condal empezaron entonces a deambular los elegantes del siglo XIX. Hoy, dos siglos más tarde, la elegancia se declina de diferentes formas. Hoy lo que se quiere es "Transmitir una imagen más relajada, más cercana y menos formal", asegura Roberto Sánchez, exactamente las cualidades que ha querido comunicar a lo largo de su entrevista el presidente del gobierno.
En el caso de Sánchez, llevar o no corbata responde a una estrategia de marketing político. Sin ella, como explica Roberto Sánchez, se gana en cercanía y confianza. En otros ámbitos, depende. "Más que considerarlo como un acierto o error, sería más adecuado tener en cuenta el contexto al decidir si quitarse o no la corbata. En eventos o actos informales, es apropiado prescindir de la corbata, mientras que sería un error hacerlo en actos formales donde se requiere seguir un protocolo estricto o cuando la importancia del evento o reunión exige un cierto grado de formalidad. Cuando se trata del tipo de traje, sí podemos hablar de aciertos o errores al usarlo con o sin corbata. Por ejemplo, durante el verano, un traje de lino es una excelente opción para lucirlo sin corbata. Sin embargo, recomendaría evaluar cuidadosamente el entorno y la ocasión antes de decidir prescindir de la corbata con un traje. Es importante considerar el mensaje que deseas transmitir y asegurarte de que tu elección sea apropiada y esté en sintonía con el contexto en el que te encuentras", señala el experto.
Aunque es cierto que al llevar un traje oscuro sin corbata se desciende un peldaño en la escala de la formalidad, no quiere decir que no sea un estilismo pensado. De hecho, algunos outfits con corbata son sencillamente imposibles si le quitamos este accesorio. ¿Por qué? Porque importa mucho tanto el corte y patronaje del traje como la calidad de la camisa. "En general, al elegir no usar corbata, es más apropiado optar por un traje con tejido ligero y un corte más ajustado en comparación con aquellos que se usan con corbata. Pero siempre con excepciones. Cuando optamos por no usar corbata, es de suma importancia prestar atención a las demás prendas y accesorios que conforman nuestro atuendo, y la camisa juega un papel crucial. Existen ciertos tipos de cuellos diseñados para ser utilizados cerrados y sujetos con corbata. Cuando no abrochamos el último botón, el peso del cuello provoca que este pierda su rigidez y el efecto visual resultante no es el más adecuado", advierte el estilista, que también insiste en la importancia del patronaje: "Es importante tener en cuenta el corte de la camisa si vamos a lucir un traje sin corbata. Esta no debe ser demasiado holgada, sino más bien de corte recto o ajustado para lograr una apariencia equilibrada y elegante", concluye el experto.