Si hay un ritual sagrado en el mundo de la belleza, es el de la limpieza nocturna con los tratamientos adicionales que consideremos. Lo habitual es desmaquillante, tónico, sérum y crema, pero si queremos complementarlo con una pasada de gua sha, un rodillo o cualquier tipo de automasaje, la cosa no ha hecho más que mejorar. ¿O no?
Algunas mujeres explican que después de un ritual de belleza como el que acabamos de describir no han amanecido frescas y radiantes, sino hinchadas, fundamentalmente en la zona de párpados, bolsas y ojeras, incluso también en la zona de la mandíbula, desdibujando el contorno del óvalo. El causante de esta hinchazón es el líquido linfático retenido.
El sistema linfático va en paralelo al sistema circulatorio. Según la Clínica Mayo, su función es mantener los líquidos corporales en equilibrio y defender al cuerpo de las infecciones. Está compuesto por una red de vasos linfáticos que transportan linfa, un líquido acuoso que contiene proteínas, sales, glucosa y otras sustancias por todo el cuerpo. El propio cuerpo drena esa linfa a través de los ganglios linfáticos situados debajo de la piel, particularmente en el cuello, las axilas y la ingle. Otros ganglios linfáticos se encuentran en el interior del cuerpo, por ejemplo dentro del abdomen. Si este líquido linfático no se drena bien, se acumula en algunas partes del cuerpo, produciendo hinchazón.
La experta en gimnasia facial Marina Marushova (@facesecret.mm) ha sido una de las primeras especialistas en hablar de las contraindicaciones de algunos tipos de masajes antes de irnos a dormir.
La propia Marushova explica el porqué en sus redes sociales. La razón es que al trabajar el rostro activamos la circulación sanguínea y la linfática. Reactivamos estos sistemas, pero, como sabemos, durante la noche se ralentizan algunas funciones del cuerpo y algunas, incluso, como el tránsito intestinal se interrumpen hasta, aproximadamente, las 8.30h de la mañana.
Si activamos el sistema linfático, pero no están disponibles los mecanismos de eliminación, este líquido queda retenido, produciendo las antiestéticas retenciones o edemas. La solución está en poder drenar ese líquido a la mañana siguiente con técnicas específicas de masaje linfático y bebiendo mucha agua para favorecer la eliminación de esa linfa sobrante.
Antes de dormir sí pueden hacerse masajes suaves y relajantes, pero la recomendación de esta experta es, en todos los casos, dejar pasar entre una y dos horas previas a las horas de descanso nocturno,