La dictadura de la imagen es cada vez más agresiva y descontrolada. Más en un momento en el que hay infinidad de influencers de belleza y en redes como TikTok a los más jóvenes no paran de aparecerles productos. Solo hay que pasar por una tienda de cosmética para ver como adolescentes miran y compran productos principalmente dirigidos a personas maduras, productos que todos conocemos como antiedad o con fórmulas que, quizá, aún no necesitan. Entre ellos está el retinol, un activo derivado de la vitamina A presente en muchos productos con un efecto antienvejecimiento porque mejora el aspecto de la piel y es efectivo ante arrugas o líneas de expresión. Ahora bien, ¿deberían los y las adolescentes utilizarlo?
Según el cirujano plástico, miembro de la unidad de cirugía reconstructiva del Hospital General Universitario de Valencia y miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) Alberto Pérez Espadero, hay que tener cuidado a cualquier edad con el uso de productos con altas concentraciones de retinol porque “puede causar irritación en la piel, incluso quemaduras. Hay que tener especial precaución con la exposición solar, ya que también puede facilitar las quemaduras solares”.
Al tener ese efecto fotosensibilizante, los expertos suelen aconsejar el uso de productos con retinol por las noches, con especial cuidado con las personas más jóvenes, ya que su piel es más sensible. No obstante, el experto señala que “no hay una edad apropiada o no para empezar a usar retinol, sino que el foco debe poner en estudiar cada tipo de piel y ver si tiene indicación para ello”. En todo caso, lo que sí expresa Pérez Espadero es que para empezar se debe “utilizar retinol en concentraciones bajas para evitar la aparición de complicaciones indeseadas”.
Además, pese a que muchos adultos son reticentes a que cremas y otros productos que usan sus hijos adolescentes contengan retinol, lo cierto es que para jóvenes “con pieles grasas puede ayudar a controlar la aparición de acné, siempre bajo supervisión médica”, apunta el cirujano.
La rutina ideal
“Tener una rutina de cuidado de la piel desde jóvenes es bueno, cuanto antes empecemos mejor, pero hay que hacerlo adecuadamente, no optando por los productos que se ponen de moda”, indica el experto, que señala que no existe una rutina para adolescentes concreta, pues cada caso debe ser individualizado, especialmente ante los cambios hormonales que sufren, y hay adolescentes a los que el retinol les será muy útil.
En todo caso, “una rutina básica tiene que ser: protección solar, lavado de la piel e hidratación. Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para empezar a cuidarse”.
Pero ¿cómo pueden los padres ayudar a elegir el mejor producto y no caer en las modas de TikTok o Instagram? La psiquiatra directora del Instituto Psiquiátrico Ipsias Ana Isabel Sanz explica que “los progenitores deberían interesarse por las preocupaciones que tienen sus hijos acerca de su aspecto, no descalificando su interés por las arrugas o el acné porque tienen importancia en su día a día”. Es más, asevera que de esa forma pueden llegar a descubrir cosas que antes pasaban por alto, como complejos con su aspecto, su estado anímico o ansiedad.
A partir de ahí, conociendo cómo está un joven, los padres pueden profundizar y darles la información necesaria, como “que las cremas con retinol no son milagrosas y tienen unas indicaciones porque no sirven para cualquier problema cutáneo. Son productos que a su edad conviene que sean supervisados por especialistas y no tienen que usarlos en secreto”.
La psiquiatra aconseja también que es bueno hacerles entender que su piel está en pleno desarrollo y, por tanto, no tiene las mismas necesidades que las de un adulto, por lo que no todos los productos son aptos para su piel, al igual que tampoco lo son para todos los adultos. Además, al ser una época en la que el acné puede afectarles no solo estéticamente, también psicológicamente, tienen que entender que necesitan la orientación de un experto, no autoadministrarse ningún producto sin consejo previo.
Por eso mismo resalta que hay cosas que es mejor no decir. Por ejemplo, que se sea joven no quiere decir que no tengan que cuidarse, solo hacerles entender que deben ser cuidados adaptados a sus necesidades, intentando no minimizar las preocupaciones que los adolescentes tienen sobre la piel. Y sobre todo apunta a que ha que evitar comentarios que puedan acomplejarles o que incidan en lo negativo.