De un tiempo a esta parte notas que tienes algo menos de pelo, sobre todo en las entradas. También ves que la calidad y densidad del pelo es menor. Te sorprende porque no ha habido ningún cambio sustancial en tus rutinas... Excepto que llevas unos cuantos meses encadenando eventos familiares, lo que significa más comida de la habitual y, sobre todo, más bebidas alcohólicas... ¿Puede ser eso?
El abuso del alcohol es perjudicial para la salud, incluido un área que a veces queda relegada de los cuidados médicos, como es el pelo. Cuando la ingesta de alcohol es excesiva y prolongada en el tiempo, los efectos negativos sobre el cabello comienzan a observarse: el pelo pierde brillo, densidad, se vuelve quebradizo y deshidrata.
El alocohol es un vasodilatador que tiene consecuencias perniciosas en la piel y el cabello. Si se abusa, el hígado se ve sobrepasado. El exceso de alcohol que no metabolizamos se propaga por el organismo y absorbe vitaminas y otras sustancias beneficiosas, como algunos minerales, esenciales para la buena salud del cabello. Provoca deshidratación, deficiencias nutricionales y envejecimiento prematuro debido al estrés oxidativo.
Además, numerosos estudios muestran que genera inflamación, un trastorno metabólico que si se hace crónico puede afectar a otras esferas de la salud.
“El consumo excesivo de alcohol provoca la pérdida de vitamina B12, B16, vitamina C y otro tipo de oligoelementos como zinc y ácido fólico, los cuales son esenciales para la producción de queratina, lo que una reducción de los mismos provoca alteraciones en la cutícula del tallo capilar”, explica la doctora Claudia Larrarte de Hospital Capilar.
Así, el alcohol tiene una implicación directa sobre la salud capilar, únicamente, cuando el consumo es excesivo o en personas alcohólicas que presentan niveles de alcohol elevados y reiterados. El abuso de esta sustancia provoca la pérdida progresiva del brillo y calidad del cabello volviéndose más seco y quebradizo, y conduce hacia un proceso de deshidratación.
Aunque el alcohol no se asocia con el origen de la alopecia, "en los casos más extremos sí puede favorecer la caída del cabello por déficit nutricional en forma de efluvio telógeno crónico. En estos casos, el pelo cae abruptamente generando falta de densidad, aunque no calvicie. Este tipo de caída capilar es en la mayoría de los casos reversible siempre que se solucione el problema de base y se complemente con suplementos vitamínicos", detalla la doctora Larrarte.
No obstante, aunque no exista una relación directa entre alcohol y alopecia, en los casos extremos de alcoholismo que derivan en una cirrosis o hepatopatía, los procesos metabólicos se ven fuertemente alterados provocando la caída del cabello.
Combatir los efectos del alcohol en el cabello no tiene demasiados secretos. Lo fundamental es tener la disciplina de eliminarlo de la dieta o reducir su consumo hasta valores mínimos. Según el Ministerio de Sanidad, un consumo de bajo riesgo de alcohol sería de 40 gramos al día para los hombres y 20 para las mujeres.
Además, los expertos de Hospital Capilar insisten en la importancia de la alimentación. "Es fundamental mantener una dieta saludable rica en alimentos de hoja verde para el ácido fólico, cereales para la vitamina B, frutas frescas para la vitamina C, y frutos secos y mariscos para el zinc", asegura la doctora Larrarte. La experta también recomienda complementar esta dieta con suplementos vitamínicos para combatir así la pérdida de los nutrientes necesarios. Por último, es fundamental mantener la microbiota en buen estado para garantizar la absorción de estos nutrientes. Por ello, también es muy recomendable la ingesta de probióticos y prebióticos en la dieta, incidiendo en los fermentados como los yogures y los encurtidos. Tomar unas cuantas aceitunas o unos pepinillos pueden haer más de lo que parece para contrarrestar los efectos del alcohol en nuestro cabello.