La pérdida de cabello estacional es, en realidad, normal en otoño y primavera. Sin embargo, no todas las caídas capilares dependen de la estación del año. La caída de pelo estacional se produce por el ciclo de vida del cabello. Cada uno de nuestros folículos pilosos pasa por tres fases de forma continua: crecimiento (anagen), regresión (catagen) y reposo (telogen). Cuando el folículo piloso llega a la última fase, descansa y el pelo se cae.
Lo que sucede en épocas como la primavera y el otoño es que se produce el efluvio estacional y una mayor cantidad de folículos pilosos entran en reposo a la vez; haciendo que en vez de perder unos 100 cabellos al día se nos puedan llegar a caer cerca de 1000.
Sin embargo, una caída alopécica puede enmascararse en las caídas estacionales. El tiempo es el principal factor diferenciador. Si al cabo de un par de meses no vuelve a crecer y seguimos con una pérdida pronunciada lo más probable es que nuestra caída de pelo no sea estacional. La calidad de pelo también es diferente en un caso o en otro. Cuando es fino y quebradizo y sin brillo, puede tratarse de una alopecia real. Si hay caída, pero la textura del pelo es buena, posiblemente se trata de un proceso fisiológico normal. ¿Qué ocurre cuando estamos ante una calvicie? Lo habitual es que sea una alopecia androgénica, la patología capilar más frecuente.
La alopecia androgénica, también conocida como alopecia androgenética o calvicie común, es la patología capilar más frecuente entre hombres, ya que afecta a uno de cada seis. Sin embargo, este tipo de alopecia no es exclusiva de los hombres, ya que altera también la salud capilar de muchas mujeres, según explican desde Hospital Capilar.
“La alopecia androgénica es un tipo de alopecia causada por el efecto de las hormonas masculinas. Concretamente, la testosterona al metabolizarse produce lo que se conoce como dihidrotestosterona (o DHT), la cual produce una afectación a nivel del folículo piloso generando la pérdida del cabello", ha expuesto el doctor Steven Walker, de la clínica Hospital Capilar.
La alopecia androgénica tiene un origen poligenético, es decir, son muchos factores genéticos los que influyen. Se trata de una enfermedad hereditaria que afecta tanto a hombres como a mujeres, los cuales disponen de una mayor sensibilidad de los receptores androgénicos del folículo piloso. Por lo tanto, “no se trata de una enfermedad condicionada por disponer de altos niveles de testosterona, sino por una mayor sensibilidad de los receptores androgénicos al efecto de la testosterona”, ha puntualizado el especialista de Hospital Capilar.
Este tipo de alopecia androgénica afecta a alrededor del 45% de la población masculina. Por otro lado, en las mujeres cerca del 30% padecen esta enfermedad, siendo frecuente en mujeres posmenopáusicas. Pero, para poder prevenir la caída del cabello y frenar el avance de la alopecia, es fundamental detectar los signos que delatan la falta de salud capilar.
Uno de los principales síntomas de la alopecia androgénica es la pérdida de densidad capilar, señal a la que se une el incremento de la caída del cabello; además del debilitamiento y adelgazamiento del pelo. “En algunos casos la alopecia androgénica puede estar asociada a casos de dermatitis seborreica o cueros cabelludos grasos, ya que el efecto androgénico estimula las glándulas sebáceas”, ha señalado el doctor Walker.
Por esta razón, hay que prestar especial atención al principal signo de alerta que es la disminución de la densidad capilar, esto es cuando el pelo se vuelve más fino y comienzan a aparecer zonas sin pelo normalmente siguiendo un patrón muy marcado. En el caso de los hombres, aparecen entradas y comienza a clarear la coronilla; en mujeres, la falta de pelo es visible en el centro del cuero cabelludo. De esa forma, ante los primeros síntomas se debe consultar con un experto para que realice un diagnóstico preciso y permita al paciente comenzar cuanto antes con el tratamiento más adecuado.
En el caso de los hombres, la edad también es un factor a tener en cuenta, ya que la alopecia androgénica suele aparecer en la pubertad tardía o adultez temprana, momento en el cual existe una mayor actividad hormonal. “En pacientes que experimentan un aumento en los niveles de hormonas masculinas y existe predisposición genética, comienza a verse la afectación por la alopecia androgénica. No obstante, es importante recalcar que el patrón de caída capilar de aparición de entradas, coronilla, comienza a verse normalmente años después de la afectación del folículo piloso", ha manifestado el especialista de Hospital Capilar.
Aunque la alopecia androgénica o androgenética no se puede prevenir como tal, sí existen tratamientos médicos que contribuyen a frenar los efectos de la misma, a mejorar la calidad del pelo y aumentar la densidad capilar. De esta forma, se evita el avance de la alopecia, pero no se previene.
Para obtener resultados óptimos, es fundamental contar con un experto en salud capilar que ofrezca un tratamiento médico personalizado. En estos casos, se suelen emplear fármacos tópicos, orales, o tratamientos infiltrados como la mesoterapia capilar o el Plasma Rico en Plaquetas o, incluso, la combinación de estos. “Se aplican inhibidores como el Finasteride o el Dutasteride, de la 5 alfa reductasa, enzimas involucradas en el metabolismo de esteroides, y fármacos orientados a estimular el crecimiento del cabello como el Minoxidil”, ha concluido el doctor Walker.