Es, probablemente, uno de los miembros más independientes de la familia de Felipe VI. María Zurita, hija de la Infanta Margarita y del doctor Carlos Zurita, es una conocida empresaria (es fundadora y directora general de Zesauro Traducciones) y, en lo personal, una mujer decidida. Decidió ser madre pasada la barrera de los 40 y en 2018, tras más de un año intentándolo a través de fecundación in vitro, nació Carlos, su primer hijo.
El mismo empuje parece tener en los asuntos de salud. Fue en el funeral de Fernando Gómez-Acebo, celebrado esta misma semana, cuando la aristócrata lucía un nuevo rostro en el que destacaba una nariz más recta. Como explica Vanitatis por fuentes cercanas a la prima de Felipe VI, María Zurita se ha sometido a una rinoplastia y a una septoplastia.
Al parecer, la decisión ha estado motivada por unos problemas respiratorios que venía arrastrando hace tiempo a causa de una desviación del tabique nasal. La mala respiración nasal puede producir dolor de cabeza, sangrado nasal, molestias en la zona de los ojos e incluso faringitis si el aire que pasa por la nariz no está en buenas condiciones. Aprovechando que el paso por el quirófano era inminente, María Zurita ha aprovechado para perfilar su nariz, hacerla más recta y eliminar el caballete.
La rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía plástica más demandadas. Aparte de motivos estéticos, es muy frecuente que se realice entre pacientes que han sufrido un traumatismo tienen problemas al respirar, como es el caso de la prima del rey.
Antes de someternos a esta operación, hay varios hábitos que conviene evitar:
Además, el paciente debe ser una persona emocionalmente estable que tenga clara la decisión de operarse y asumir los resultados que es posible esperar. Para ello, es crucial que mantenga varias entrevistas con el cirujano plástico, el único capaz de saber cómo puede ser la evolución de ese paciente y qué tipo de perfil se adapta mejor a su estructura facial.
Gracias a las nuevas técnicas quirúrgicas, el postoperatorio es bastante liviano. Con todo, la imagen definitiva del perfil puede tardar un mes desde la intervención, ya que la hinchazón y posibles hematomas en nariz y rostro tienen que desaparecer. ¿Qué es lo que no hay que hacer en el periodo de recuperación?
El descanso, junto a la medicación pautada por el cirujano, harán el resto. Como trucos adicionales, conviene cuidar la alimentación, dejando de lado los alimentos pro-inflamatorios y optando por los más fáciles de digerir, incluyendo algunas infusiones como las de romero o cola de caballo.