Hay historias de amor e historias de amor. La del conde húngaro Làszlo Almásy y la inglesa Catherine Clifton es una de las más recordadas en la historia del cine. Ambos son los personajes principales de 'El paciente inglés', la película que encumbró a Ralph Fiennes y situó a Kristin Scott-Thomas entre las grandes de la gran pantalla.
Triunfadora de los Oscar de 1997, la cinta logró nueve estatuillas; entre ellas, Mejor Película, Mejor Director (Anthony Minghella), Mejor Actriz Secundaria (Juliette Binoche) y Mejor Música Original (Gabriel Yared), además de otros 62 premios y 77 nominaciones.
Basada en la novela de Michael Ondaatje, la película parte de un hecho real: la peripecia de un espía húngaro en el norte de África durante los albores de la Segunda Guerra Mundial. La misión del conde, encargada por el gobierno nazi, se complica cuando conoce a Clifton, esposa de un expedicionario que recorre el desierto junto a un grupo de aventureros. Almásy recuerda el drama de aquellos días a través de los ojos de Hanna, la enfermera que le cuida mientras convalece de un gravísimo accidente.
Pocas producciones han logrado apelar tanto a la audiencia gracias a un guion sabiamente estructurado, un diseño de producción exquisito y, sobre todo, la presencia magnética de los dos protagonistas: Ralph Fiennes, más allá del galán clásico, con un aura de misterio capaz de atrapar al más desganado de los espectadores, y Kristin Scott-Thomas, exudando sensualidad bajo la apariencia de una reina de hielo.
Con escenas memorables, como el vuelo sobre las arenas del desierto, el baile, rebosante de pasión contenida, entre Almásy y Clifton, o el llanto irrefrenable del conde ante la muerte de su amada, 'El paciente inglés' es una película que merece ser recordada y que nos conmueve cada vez que la evocamos. ¿Podemos pedirle algo más al cine?
El hechizo de la película cobra ahora la forma de un aroma. El resultado es Antal, un viaje olfativo basado en la vida personal del conde Almásy desde un nuevo ángulo.
Con notas de salida de pimienta Sichuan y bergamota, madera de Ho-Wood en sus notas de corazón y cedro, pachulí y ámbar de fondo, Antal desvela la fascinante historia del Príncipe Antal Esterházy, piloto de carreras que en 1927 emprendió con su amigo, el Conde Lászlo Almásy, un viaje que sería una aventura épica.
Antal y Lászlo fueron los primeros en cruzar el Sahara en un coche de carretera estándar. Casi un siglo después, su nieto, inspirado en un pequeño frasco de perfume que dejó Antal, creó la marca de perfumería vienesa Estoras para capturar ese mismo espíritu de aventura interpretado de manera contemporánea.
Para Marie Urban le Febrve, perfumista de la casa, el perfume de 'El paciente inglés' es "una experiencia estimulante por la sobredosis de moléculas contemporáneas de almizcles limpios, maderas suaves y facetas de cuero de gamuza vegana". No es el único perfume vinculado a las expediciones de ambos aventureros. Sombras de Giza y Puerto de Alejandría, en Egipto, componen un trío de aromas reunidos bajo la colección 'Las aventuras de Antal'.