En España solo podrás encontrarlo en una tienda. En internet solo hay copias. Si te damos el nombre, Mason Pearson, no te dirá mucho, salvo que seas un rico heredero o un noble inglés. Solo ellos saben que el que llaman el mejor cepillo del mundo se fabrica artesanalmente con goma neumática y cerdas de jabalí recogidas a mano en los brumosos bosques de Inglaterra, lo que hace que cada uno cueste entre 88 y 244 euros. Pero lo valen, sobre todo si tu prioridad es la salud capilar.
Mason Pearson fue un ingeniero y emprendedor en la Inglaterra victoriana que, en 1885, en plena Revolución Industrial, inventó este cepillo con base de goma neumática, un material revolucionario en aquella época. Desde entonces, se han seguido haciendo artesanalmente y han pasado de generación en generación. Para hacerse con uno, podemos acudir a la sede central en Londres, en Old Bond Street, donde se concentran la mayor parte de comercios de lujo especializados en porcelana, joyería, antigüedades y bellas artes.
Si preferimos quedarnos en España, tendremos que acudir a jcApotecari, un auténtico templo de cosmética avanzada ubicado en Barcelona y el único que lo ofrece en nuestro país como distribuidor autorizado. Es decir, el único que cumple con las condiciones impuestas por el fabricante, algo que no ocurre con los que se venden online.
"Lo lanzamos en 2010 y desde entonces es un éxito absoluto. Nos dedicamos a recorrer el mundo en busca de lo mejor de lo mejor para cuidar de la piel, el cuerpo, el cabello y el bienestar. Solo cinco de cada 100 productos que probamos consiguen entrar a formar parte de nuestro catálogo. Tras probar muchas marcas y modelos, optamos por Mason Pearson porque verdaderamente son los Rolls-Royce de los cepillos", explica Ángels Pijuan, cofundadora en 1997 junto a su marido, el farmacéutico Alberto Cabezas, de este espacio de cosmética-nicho.
Pijuan también tiene claro qué significa ser el mejor cepillo del mundo: "A diferencia de otros, limpia el cabello y estimula el cuero cabelludo aumentando la circulación de la sangre en las raíces sin irritar. Las glándulas en la base de cada pelo producen un aceite natural que actúa como acondicionador".
Este cepillo reparte esta grasa, buena y natural, a lo largo del cabello dotándolo de resistencia, flexibilidad y un brillo sano. Además, su almohadilla de goma, patentada a mediados del siglo XIX, es un lujo. Amortigua cada pasada, destierra los tirones y evita su rotura. Para redondear, tienen una vida útil muy larga. Con el cuidado adecuado, lavándolos de vez en cuando con champú, pueden utilizarse durante décadas. Los Mason Pearson ¡se heredan!
Un buen cepillado es clave para la salud y la belleza del cabello, pero siempre con moderación. Según el centro de medicina y estética capilar Svenson, hay que evitar los cepillados prolongados (olvidémonos de las famosas 100 pasadas de nuestra infancia) y hacerlo de la manera más suave posible, evitando hacerlo con el cabello mojado.
La forma del peine o cepillo debe elegirse en función de la longitud del pelo y de su calidad.
Para los lisos y largos, la mejor opción son los cepillos planos y con púas protegidas, que peinan y desenredan sin dañar. En el caso del cepillado del cabello corto hay que utilizar peines y cepillos de púas compactas. Si se llevan extensiones, deben usarse cepillos de púas blandas y largas y cepillar únicamente la extensión, evitando pasar por el clip, adhesivo o entrelazado que une la extensión con el cabello de la persona.
También es importante adaptar la técnica de cepillado de pelo a cada tipología. En el cabello rizado, por ejemplo, no es recomendable cepillarlo en seco. En el liso y fino, hay que evitar peinarlo en exceso para que no acumule electricidad estática. En definitiva, utilizar un buen cepillo es tan importante como utilizar un buen champú. Para la fundadora de jcApotecari,"un Mason Pearson se desliza por el cabello. Nunca lo romperá", una cadencia similar al suave trayecto de un Rolls Royce por la sinuosa campiña inglesa.