El riesgo creciente del bótox clandestino: "8 de cada 10 intervenciones las hace personal no cualificado"

Vive su momento dorado y ya no se oculta. Cuando a alguien le preguntan cuáles son sus trucos de belleza, la respuesta suele ser invariable: cosmética "y algún que otro pinchacito". La medicina estética vive su edad de oro con los neuromodulares como el bótox, los rellenos con ácido hialurónico y la mesoterapia como tratamientos más demandados. Según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), el 46,6% de los españoles se realizó algún tratamiento de medicina estética en 2023: el 69% mujeres y el 31% hombres.

Intrusismo de médicos no especialistas

Datos del SEME señalan que 8 de cada 10 prácticas estéticas son realizadas por profesionales no cualificados en cirugía plástica, estética o reparadora, lo que deriva en posibles riesgos de salud del paciente.

"Los pacientes deben acudir a Centros Autorizados que tengan el sello U.48 que otorga la SEME y son los únicos que garantizan visitas con profesionales médicos que trabajan con rigor y profesionalidad. Los profesionales estamos haciendo una labor continuada para conseguir que el paciente entienda que tiene que acudir a centros autorizados y con profesionales experimentados y formados", explica la doctora Natalia Ribé, especialista en Medicina Estética, fundadora y directora médica del Institut Dra. Natalia Ribé y miembro de la plataforma Top Doctors.

Los expertos insisten en que está en riesgo la salud de los pacientes. Para María José Maroto, especialista en Medicina Regenerativa en Dermatología y en Medicina estética y directora de la Clínica Doctora Maroto "estamos viendo barbaridades. En nuestro centro vemos un importante incremento de personas que vienen buscando 'resolver' lo que otros han hecho mal. Esto es un problema importante, porque no nos permite hacer correctamente el trabajo. Para nosotros es clave cuidar, asesorar y tratar. Pero no siempre el paciente nos deja llevar ese proceso".

Los expertos sostienen que se tiende a frivolizar procedimientos médicos, favoreciendo el intrusismo con consecuencias fatales. De hecho, el informe de la SEME señala que un 10% de los encuestados afirma que percibe con normalidad realizarse tratamientos médicos estéticos en su domicilio.

Cada vez más jóvenes

La demanda en tratamientos de medicina estética va unida a la eclosión de las redes sociales. Cada vez más personas comparten en ellas sus rutinas de belleza, los tratamientos a los que se ha sometido o hacen valoraciones de productos. Los jóvenes son los principales usuarios de redes sociales, así que la medicina estética es algo con lo que están familiarizados.

El informe de SEME señala que, aunque la franja de edad más habitual entre los pacientes está entre 35 y 54 años, el porcentaje de jóvenes es cada vez mayor. De hecho, las personas que se realizan tratamientos entre los 16 y 25 años han crecido un 20% en el último año.

¿Cómo valoran este hecho los profesionales? "No es malo que los jóvenes se hagan tratamientos preventivos. Pero todo debe hacerse acorde a la edad en la que se está. Actualmente, lo que está ocurriendo es que la información sin medida ni filtro que llega en ocasiones a través de las redes sociales hace que los perfiles más jóvenes acaben solicitando tratamientos que no les corresponden por edad y que ni tan siquiera necesitan. Cuando le doy a mi piel lo que no necesita, mi piel se va a rebotar, esto deriva en que cada vez más pacientes jóvenes acuden con pieles reactivas, con rosáceas o eritemas fruto de un mal uso. Es ahí donde considero que el médico estético no puede olvidarse de la ética profesional, del código deontológico, y debe poder decir 'no' y poner un límite", asegura Natalia Ribé.

Saber envejecer bien

La mayoría de los tratamientos de medicina estética están encaminados a suavizar el paso el de los años en nuestra fisionomía. El cambio respecto a épocas anteriores es que estos tratamientos suelen incluirse dentro de una estrategia de autocuidado donde también se presta atención al autocuidado mental y físico. "Hay muchas personas que tienen muy presente que no es que no quieran envejecer, sino que quieren envejecer bien", asegura Ribé.

La clave de hacerse los tratamientos correctos es tener una expectativa realista de qué necesitamos y qué puede conseguirse. La doctora Ribé insiste en este punto: "Es clave identificar el estado de salud mental del paciente, porque lo ideal es que los tratamientos se realicen desde un autoconcepto y autoestima equilibrados y positivos, y donde se anhele una mejora saludable y natural. Pero bajo ningún concepto debemos realizar tratamientos cuando detectamos una distorsión de la imagen. Ahí es importante la previa intervención psicológica".