Las crossdressers son hombres que se visten de mujer en ciertas ocasiones, pero viven sus vidas como varones, por lo que se diferencian de travestis y transexuales. Son hombres que “cultivan la femineidad como valor en la estética visual y el fetiche de las ropas de mujer en el cotidiano”.
También conocidos como CD, tal como se denomina a la acción de vestirse de mujer, es una práctica que, aunque no lo parezca capta muchos adeptos. Hasta tal punto que existen establecimientos de estética y asesores de imagen, que se dedican exclusivamente a trabajar con crossdressers, esto nos da una idea, de lo importante que es este nicho.
El crossdressing no debe confundirse con la transexualidad, ya que, en este último caso, existe una discordancia entre la apariencia externa con la parte emocional, ya que, si bien físicamente son hombres, se sienten como mujer; mientras que el crossdresser, es una persona absolutamente conforme con su sexo, y que tiene clara su sexualidad, pero que le gusta jugar con la ambigüedad y vestirse de mujer, sólo por unas horas.
Se podría decir que el crossdressing, es un tipo de fetichismo, el cual se lo conoce como fetichismo travestista. Variadas pelucas, kits de maquillaje, botas de caña alta, medias de red, zapatos con un importante tacón y hasta uñas o pestañas postizas, conforman el vestuario necesario de un crossdresser.
Generalmente es un acto que se practica en la intimidad, o en círculos muy íntimos, existen muchos crossdressers que son casados y tienen su pareja estable, e incluso hijos, son personas heterosexuales que sólo se transforman como una forma de satisfacer el placer que les provoca verse vestido de mujer.
En nuestra sociedad, aún con muchos prejuicios, el crossdressing todavía no es bien visto por todos y, en muchas ocasiones, es blanco de todo tipo de burlas o críticas, por lo que muchos hombres mantienen y viven esta afición en secreto, y algunos con sentimientos de culpa.
En España existen varios estilistas y coach de la feminidad, una de ellas Danfi, que dejó Barcelona para crear Dafni Girls en Madrid, donde atiende a hombres de toda España. Las sesiones incluyen acceso completo al vestidor, zapatos, ropa interior, complementos o pelucas, es decir, "una imagen adaptada el entrenamiento en modales, gestos o cómo andar con tacones de forma que puedan sentirse lo suficientemente seguras como para atreverse a vivir esta parte de su vida", aseguraba en una entrevista a El Mundo.
Dafni descubrió este mundo en 2011 cuando un hombre contactó con ella para que le enseñara todos sus trucos. "Yo era maquilladora y estilista en aquel entonces y me interesó muchísimo poder crear una imagen opuesta a la que tenían. Aparte, es algo muy creativo y me llenó muchísimo la finalidad de estas personas: hacerlo simplemente por expresarse, por liberarse, por placer, rompiendo todos los estereotipos y creencias que tenemos marcados y exteriorizando esta parte femenina".
Los espacios dedicados al crossdressing son lugares privados, acogedores, cercanos y fascinantes. Pensados para exteriorizar toda la feminidad y la belleza interior. Las transformaciones son totalmente personalizadas respetando las prioridades y necesidades, creando una estancia a gusto y adaptadas a cada presupuesto. Espacios totalmente seguros e íntimos, creados solamente para estos usuarios. Por esta razón, la experiencia es única e inolvidable.
Todos ellos destacan por la personalización, pero sobre todo por la privacidad, pues los trabajadores firman acuerdos de confidencialidad, y no se suelen permitir cámaras de fotos ni compartir ningún tipo de material.