¿Pensando en un injerto de barba? Lo que debes saber antes de la operación

Después de unos años prácticamente desaparecida, la barba ha vuelto con fuerza al rostro de los hombres españoles, al punto de que se ha convertido en un elemento fundamental de la estética masculina. Sin embargo, no siempre es posible lucirla con todo su atractivo. Por esta razón, alternativas como el injerto se están convirtiendo en algo cada vez más habitual.

"En concreto, con el injerto de barba se consigue una mejoría en la estética, tanto en términos de densidad en pacientes que no disponen de un crecimiento del vello uniforme, como de reconstrucción completa en aquellos que carecen de crecimiento del vello facial. También es posible realizar este procedimiento como cirugía reconstructiva para cubrir cicatrices, por ejemplo, en pacientes que han sufrido acné severo", explica el doctor Walker, de Hospital Capilar.

¿En qué consiste la intervención?

El implante de barba es una cirugía ambulatoria que consiste en extraer unidades foliculares de la zona donante, correspondiéndose con la región occipital de la cabeza o, incluso, con áreas como el cuello, pecho y pubis. Una vez extraídas estas unidades foliculares se implantan en la barba según el diseño y expectativas del paciente. La cantidad de folículos implantados dependerá de las necesidades de cada paciente.

Esta intervención suele conllevar un postoperatorio con una sintomatología leve y bien tolerada. "El día después de la cirugía es en el que existe una mayor sensibilidad y el paciente puede llegar a presentar dolor o escozor en la zona donante y en la barba, prurito e incluso edema. Con el tiempo experimentará una mejora sustancial. Lo primordial, en cuanto a los cuidados inmediatos tras la intervención, es evitar fricciones sobre el área injertada, así como el uso de camisetas que al ponerlas puedan rozar con los injertos", señala el experto.

Cuidado con gesticular

Una vez realizada la intervención, es importante dormir boca arriba, seguir el tratamiento analgésico, antiinflamatorio y antibiótico pautado por el médico, así como aplicar frecuentemente agua termal sobre el área intervenida para mantener una hidratación óptima de la zona, ya que contiene minerales con efecto antiinflamatorio y calmante. Cabe destacar que no existe una frecuencia mínima para el empleo de este producto, por lo que se puede utilizar siempre que se necesite.

Una de las dudas más recurrentes es si se puede hacer actividad física o no. Según explican los expertos, se puede iniciar la actividad física entre los 10 y 15 días posteriores a la cirugía, siempre de intensidad leve que no implique una sudoración excesiva. A partir del mes ya se podría retomar la práctica deportiva habitual. 

¿Y cuándo es recomendable lavar la barba por primera vez después del injerto? “A partir del segundo día se debe realizar el lavado con espumas suaves y aclarado por escurrimiento sin rozar ni tocar la zona injertada. De esta forma se evitan los riesgos de dermatitis y, a partir de la semana ya se pueden hacer masajes suaves intentando retirar las costras que se forman. En cuanto al afeitado, se puede recortar la barba a partir del primer mes con tijera y, desde los dos meses ya se puede afeitar de forma normal”, señala el doctor Walker.

Por último, se debe evitar la exposición solar directa durante los primeros dos meses después de la cirugía por riesgo de hiperpigmentación de la zona. También es recomendable evitar abrir en exceso la boca para hablar o comer, ya que al distenderse la piel puede afectar al proceso de integración de los injertos. Por lo tanto, es recomendable durante los primeros días procurar realizar movimientos moderados de la boca. La nueva barba aparecerá en todo su esplendor un año después de la operación.