Un rostro joven tiene forma de V. En un rostro envejecido la V se ha dado la vuelta. Revertir este efecto es el principal desafío de la medicina estética. El proceso de envejecimiento se produce por muchos factores determinados por la genética, el sexo, el estilo de vida, los efectos de la exposición al sol, la situación hormonal o los hábitos tóxicos. Y la edad cuenta. Las células se degradan, se pierde ácido hialurónico, colágeno y elastina, disminuye la vascularización, el hueso pierde densidad, disminuye el tejido graso y la consecuencia más evidente es la pérdida de volumen, proporción, equilibrio y simetría del rostro a causa de la implacable gravedad, el triángulo de la juventud se ha invertido y el rostro tiene un aspecto más triste y cansado.
En estos casos, una manera eficaz de recuperar la juventud perdida es someterse a una intervención de cirugía estética en el que nos infiltren ácido hialurónico, desde hace años el santo grial de los médicos estéticos. A él se le atribuyen múltiples beneficios y alguna contraindicación. Te contamos las más importantes, según el doctor Ángel Martín, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Estética y experto en anatomía facial.
El ácido hialurónico es un gran aliado en las rutinas de belleza. Es un componente natural de nuestra piel y aporta esa apariencia de piel jugosa. Para los cirujanos estéticos, es muy apreciado por su compatibilidad con la propia dermis y porque se reabsorbe de manera natural, sin efectos secundarios. Entre sus principales beneficios:
Como en cualquier intervención de cirugía estética, el profesional siempre tiene que valorar el estado de la piel del paciente. “Es fundamental. En muchos casos, lo ideal es una combinación de elastinas, vitaminas y aminoácidos para aportar más luminosidad”, concluye el doctor Martín.
Como en cualquier intervención quirúrgica, por pequeña que sea, la historia clínica del paciente determinará si es adecuado o no llevarla a cabo. Respecto a la administración de ácido hialurónico, existen estas contraindicaciones y efectos secundarios:
Ya conocemos los pros y los contras de las infiltraciones de ácido hialurónico. ¿Cuáles son las más efectivas? Entre ellas destaca Face Up, un nuevo tratamiento que reposiciona los volúmenes de la cara, con un efecto lifting sin necesidad de cirugía, aportando ácido hialurónico donde se necesita y favoreciendo la producción de colágeno de manera natural.
Es una intervención adecuada cuando ya se ven los primeros signos de la edad, pero también es perfecta como prevención. "El tratamiento siempre es personalizado a la medida de cada paciente. En cualquier caso, la prevención es la mejor arma contra el envejecimiento. Los resultados de los tratamientos médico-estéticos son mejores y más duraderos si se lleva un estilo de vida saludable, que abarca una alimentación sana y equilibrada, evitar todo lo que se pueda el sedentarismo, realizar ejercicio físico de forma habitual y evitar el estrés, sumamente dañino para nuestra piel", explica el doctor Ángel Martín.
El nuevo tratamiento se realiza en una sola sesión, no lleva más de 30 minutos y el paciente puede incorporarse de inmediato a su vida habitual. Los resultados se aprecian al momento, pero cuando se notan verdaderamente es al mes de haberse realizado el tratamiento, una vez desaparecida a inflamación, y permanecen una media de 15 meses.
Ácido hialurónico, hilos espiculados e hilos monofilamento son los protagonistas absolutos de Face Up. En primer lugar, se inyecta ácido hialurónico reticulado que tiene una consistencia similar a la del tejido para hidratar y dar volumen, el efecto es inmediato y dura más. “Inyecto el ácido hialurónico a nivel del periostio en la región malar (pómulos), en el cigomático (parte superior de los pómulos) y en el ángulo mandibular. De esta manera consigo dar el volumen que se ha perdido a causa de la falta de colágeno y elastina”, afirma el doctor Martín.
Los hilos espiculados aportan tensión, generan colágeno y fibroblastos. Se colocan con cánulas y se insertan en la capa SMAS (capa fibromuscular que recubre cara y cuello) para reposicionar el plano profundo de la dermis y conseguir resultados naturales. Es un procedimiento rápido e indoloro. En los casos de mayor flacidez, pueden colocarse tres hilos espiculados en el arco mandibular, en los pómulos y en el arco cigomático para elevar y tensionar las estructuras faciales consiguiendo recuperar la V que dibuja el óvalo facial en su juventud. El organismo reabsorbe los hilos entre los diez y los 14 meses, pero los resultados se dilatan hasta los 18 ó 20 meses. Los efectos son progresivos y naturales y comienzan a apreciarse a partir del mes o mes y medio de la colocación de los hilos.
Por último, los hilos tensores monofilamento son hilos suspensorios de Polidioxanona (PDO), totalmente compatibles, reabsorbibles, seguros y con resultados duraderos. Crean un tejido de soporte de forma natural por la producción de colágeno y fibroblastos alrededor del hilo insertado. "Estos hilos se insertan con una aguja muy fina en la región central del rostro creando una malla que estimula la producción de colágeno y fibroblastos. De esta forma, se crea tejido de soporte de forma natural y se tensa y redensifica la piel", explica Ángel Martín. ¿Cuántos hilos son necesarios? El doctor Martín se muestra prudente: "el número de hilos irá en función del grado de flacidez que presente la paciente".
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